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"¿No es suficiente ver que un jardín es hermoso sin tener que creer que también hay hadas en el fondo?" - Douglas Adams, La guía del autoestopista galáctico.

24/1/17 - DJ:

¿Cuánto vale la verdad?

T.E.L: 6 min.

Usaré una versión modificada del concepto de "posverdad" para evaluar dos aspectos de los discursos públicos relacionados con el conocimiento.




En estas fechas, argentinos y chilenos estamos conmemorando el bicentenario del cruce de los Andes por San Martín.

¿Es cierto que San Martín cruzó los Andes?
Aparentemente la mayoría piensa que sí.

¿Cómo llegamos a DECIDIR que esa afirmación es verdadera?

Voy a proponer una tesis que explicaría cómo tomamos decisiones de si un enunciado es verdadero o no. Pero antes, una reflexión sobre el concepto de "posverdad".

A fines de año pasado el Diario español El País informaba sobre la incorporación al Diccionario Oxford de lo que se consideraba la palabra del año, neologismo del inglés post-truth. Según el diario, la palabra “denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal” [1].

En un artículo anterior del mismo medio, se indicaba cuándo se habría usado el término por primera vez [2]. La nota en el sitio Grist, escrita por David Roberts, tiene un aspecto revelador cuando uno se pregunta por qué el término incluye un prefijo que significa "posterior". ¿Posterior a qué?

El escritor sostiene que, a contramarcha de lo que se suele decir, los votantes generalmente no conocen mucho acerca de política y leyes, aunque sí hay cosas de las que saben mucho (el programa American Idol, equipos deportivos, etc).
En sentido inverso, suele postularse que los votantes reúnen datos, sacan conclusiones de los mismos, se forman posiciones sobre los asuntos basadas en la conclusiones, y eligen un partido que comparta esas posiciones.
Esta metodología sería la visión idealizada de la Ilustración.

De modo que no es descabellado pensarlo así: Durante el Antiguo Régimen (Feudalismo) el pensamiento se oscureció, pero luego se recuperaron las tradiciones griegas con la Ilustración, que además traía el pensamiento científico moderno vinculado a la verificación empírica. A esa "verdad moderna" le ha seguido esta otra forma "post-moderna" y de allí que se la indique como "post-verdad".

Empero, esta otra forma no parece muy nueva, sino más bien parecida al oscuro legado medieval.

Digamos, de paso, que no estoy muy de acuerdo con la idea de que la Edad Media fue una "edad oscura". Al menos en artes, ha sido un período prolífico y valioso.

Quizás, en vez de posverdad, haya que pensarlo como pre-verdad, una verdad hacia atrás, un retroceso y no un progreso que supere lo anterior.

A pesar de esto, usaré el término para formular una idea y contrastarla con dos ejemplos.


LA POSVERDAD Y LA VIDA COTIDIANA
La pregunta pendiente es cómo hacemos, en nuestra vida cotidiana, para decidir qué enunciado es verdadero y cuál no.
Postulo que hacemos esto:
1-Si el emisor del enunciado es de nuestra confianza, aceptamos la aserción.
2-Si no hay otros emisores en la semiosis social (la red de discursos compartidos) que digan lo contrario, entonces aceptamos más el enunciado.
3-De lo anterior, decidimos aceptar o negar una "creencia".

¿Sabemos que es cierta la gesta Sanmartiniana?
No, sólo lo creemos.
¿Estoy diciendo que es falsa?
No, estoy diciendo que la gran enorme mayoría de nosotros no ha llegado a la conclusión de que es cierto a través del pensamiento científico, sino sólo a partir del método de tres puntos descrito arriba, que en realidad es una decisión de creencia ciega.

Que esto es así es fácil de corroborar: pregúntele a cualquier argentino cuáles son las evidencias que CONOCE que indican que efectivamente el Padre de la Patria cruzó los Andes. No habrá respuestas.
No se enseña en el colegio cuáles son los documentos históricos que avalan el enunciado, se nos enseña un cuento y lo creemos a pie juntillas.

No estoy haciendo un juicio de valor ni poniendo en duda nada (por ahora), sino una descripción.

Que esta es la metodología elegida para "creer" lo que es verdadero o falso, se verifica en otro caso: La llegada del hombre a la Luna.
Muchas personas "razonan" así:
1-EE.UU. dice haber llegado 6 veces a la Luna, pero USA no es un país confiable.
2-Mucha gente dice lo contrario a USA y parece ser gente que sabe.
3-Por tanto, no creo lo que dice USA.

En este método las EVIDENCIAS no importan ABSOLUTAMENTE NADA.

Pero esto no es del todo cierto. Las evidencias sí se toman en cuenta, en forma sesgada, LUEGO de haber decidido una verdad. Lo que hacemos entonces es acomodar una parte de las evidencias, aquella que favorece nuestro punto de vista, para reforzar la creencia. Y descartamos el resto de la evidencia, ignorándola.

Por ejemplo, hay quienes -en tren de las corrientes New Age- postulan que el ser humano cuando evolucione espiritualmente podrá traspasar las paredes, basándose en el Principio de Incertidumbre de Heisenberg y el modelo atómico -que indica que la mayor parte del núcleo de un átomo es espacio vacío. Toman una parte del discurso científico, manipulándolo como más les gusta (tergiversación) y obviando otra parte que los contradice (el principio de exclusión de Pauli) [3].

Esto lo hacemos todos. Piense en cómo decide usted lo que considera verdadero o falso en su vida cotidiana. Esto lo hacen también los científicos en su vida diaria, pero no en su tarea laboral específica. A eso se le llama trabajo científico y aunque es propio de tales personas-trabajadores, no es excluyente.

Cualquiera de nosotros, según el grado de conocimiento, puede hacer uso del conocimiento científico para saber si algo es verdadero o falso, de manera cualitativamente diferente a como lo hacemos en la vida cotidiana.

De hecho, también es algo que hacemos cuando nos acusan injustamente de algo. En esos casos, exigimos evidencias y nos acurrucamos en el principio de inocencia.

Pero esto lo hacemos para con nosotros mismos, aunque no para con los demás, y exigimos que a alguien sospechado de algo se lo encarcele sin perder tiempo, aunque no sepamos si es culpable y olvidándonos convenientemente del principio de inocencia. Elegir que alguien es culpable porque lo sentimos no es lo mismo que saber, por evidencias, que lo es.

Es como el viejo caso del petiso orejudo [4]. Si alguien tiene cara de bueno, confiamos; si tiene cara de ladri, desconfiamos. A unos los votamos porque son carismáticos, a otros no, porque son aburridos. A unos les creemos todo; a los otros los queremos meter presos.
Hacemos esto hasta que somos víctimas de este mecanismo nefasto de pensamiento.

Actuamos como lo hacían antaño los cazadores de brujas, atendiendo a nuestra percepción subjetivista de si una mujer es rara o tiene un lunar, entonces...¡a la hoguera!

Si fuéramos coherentes y usáramos SIEMPRE este proceder, no quedaría nadie en la faz terrestre.

LA VERDAD CIENTÍFICA
Se suele decir que la ciencia no busca saber la verdad, sino que es una práctica social a través de la cual intentamos aproximarnos cada vez mejor a cómo funciona la realidad. Y hacemos esto a pesar de equivocarnos porque es preferible que guiarse sólo por las emociones personales o la "intuición".

Los historiadores hacen ciencia. Son los que sí evalúan las evidencias (documentos de diferente índole) para determinar si es verdadero y cómo lo que se dice que ocurrió. Podemos confiar en los historiadores y es efectivamente lo que hacemos, ya que dividimos las tareas: los científicos evalúan empírica y lógicamente la realidad, los demás colaboramos de otras formas, produciendo mercancías y servicios.

Pero esto no quita que debamos confiar ciegamente. No lo hacemos cuando vamos al odontólogo o al médico y notamos indicios de que algo va mal.

Aunque para el común de las personas evaluar evidencias puede ser difícil, entre otras cosas porque en muchos casos esas pruebas son documentos frágiles guardados con cuidado y con acceso restringido, al menos en forma limitada podemos hacer algo más que sólo "creer" ciegamente.

Podemos, si tenemos genuino interés, leer mucho de lo que se ha publicado, contrastarlo, conocer cuáles son las evidencias que los historiadores dicen evaluar, dónde se hallaron y quién las guarda, etc.

Si hacemos eso, SABREMOS que la gesta de San Martín y su ejército fue inmensa. No es lo mismo que creemos actualmente en la vida ordinaria. Hoy creemos un cuentito. Pero si hacemos lo sugerido, y llegamos por nuestra cuenta a esa gran conclusión, habremos dado un paso gigante.

Esto es, en síntesis, el pensamiento crítico. En vez de dar por sentado lo que se nos enseña o nuestra experiencia particular de la realidad, debemos preguntarnos si las ideas que nos formamos, sea por herencia o por praxis personal, son ciertas.

Pero parece que todavía hay mucha gente que le teme al pensamiento crítico. ¿Acaso estarán a favor de los dogmas estos "entusiastas"? [5]

Es importante señalar que el enunciado "San Martín cruzó los Andes" será un dogma (incluso si es cierto) si lo repetimos como loros. No somos aves, en primer lugar, y por otro lado, si quisiéramos tener la aparente libertad de los animales que vuelan, debemos romper con las cadenas de los enunciados imperativos, los que hay que aceptar o aceptar. Sólo con el pensamiento crítico podríamos aproximarnos a una noción de libertad. Como esa que quiso el prócer impreso en un modesto y devaluado billete de 5 pesos argentinos.



Fuentes y enlaces relacionados
[1].‘Posverdad’, palabra del año
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/16/actualidad/1479316268_308549.html

[2] La era de la política posverdad
http://elpais.com/elpais/2016/09/23/opinion/1474647422_293415.html

Post-truth politics
http://grist.org/article/2010-03-30-post-truth-politics/

[3] EL QUERER Y NO PUEDO DE ATRAVESAR UNA PARED
http://laverdadestaahifueraono.blogspot.com.ar/2009/01/el-querer-y-no-puedo-de-atravesar-una.html

[4] El Petiso orejudo en Wikipedia
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Petiso_Orejudo

[5] En línea con Peña, el asesor PRO de los seminarios de entusiasmo afirmó que "el pensamiento crítico es un valor negativo"
http://www.politicargentina.com/notas/201612/18446-en-linea-con-pena-el-asesor-pro-de-los-seminarios-de-entusiasmo-afirmo-que-el-pensamiento-critico-es-un-valor-negativo.html

Sobre las imágenes
Imagen inicial: Salta Diario
http://www.saltadiario.com.ar/?p=4654

Imagen 2: Blog de Amparo Sampedro: ¿Posverdad?… pues, sí.
https://amparosampedro.wordpress.com/2017/01/16/posverdad-pues-si/
Crédito: El roto (http://www.elroto-rabago.com/)

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