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24/3/19 - DJ:

Copenhague: Teatro de la incertidumbre, en BsAs

T.E.L: 5 min.

Una reseña de la puesta de la obra de Micheal Fryan, dirigida por Mariano Dossena, en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC).



La obra teatral Copenhague es desafiante. Narra el breve encuentro histórico entre Niels Bohr y Werner Heisenberg en la casa del primero, en Dinamarca, en 1941, en medio de la Segunda Guerra. Los acompaña Margarita, la esposa del físico danés. Toda la obra transcurre allí, en la casa y el parque, con los mismos personajes siempre en escena. La monotonía está al acecho. Hace falta ingenio y buenas actuaciones para evitarla. No había visto ninguna otra puesta teatral de la misma obra, pero sí la película protagonizada por Daniel Craig.

El CCC Floreal Gorini apuesta entonces a reponer esta obra que fusiona física y política en el marco intelectual de la mecánica cuántica, jugando metafóricamente con el Principio de Incertidumbre. A pesar de que es una obra bastante "fría", se apostó aquí a otra metáfora, emocional, con centro en la navegación y el relato de la muerte de uno de los hijos del matrimonio al caer de un bote. Eso explica el timón colgado a lo alto y el sonido de agua, que se repite e irrumpe entre silencios. ¿No es acaso la muerte la mayor incertidumbre humana? ¿No es acaso la muerte de un hijo la mayor pérdida de un padre/madre?

Todo ocurre "en el más allá", de hecho, ya que se plantea que los tres personajes están muertos y narran desde allí su pasado, a pesar de los vericuetos de la memoria. Por tanto, no se sabe realmente dónde transcurre la obra ni cuándo, pero sí que recuerdan aquel encuentro del que tanto se ha escrito. Y flota la pregunta: ¿Para qué fue Heisenberg a Copenhague?

Quizás fue para acordar con su maestro que no le dirán a las respectivas autoridades (de Inglaterra y Alemania) que hay alguna posibilidad de hacer una bomba, dirán que no se puede y evitarán su uso.
Quizás fue para sondear a su colega para saber si éste había resuelto el problema del uranio-235.
Ambos saben que los escuchan, por eso deciden ir a caminar en el parque de la casa, como en otros tiempos.

La escenografía es muy simple y acertada: una mesa con tres sillas blancas en el centro (más de estilo 1960 que 1940) y todo rodeado por un círculo cuya circunferencia está dada por algunas esferas iluminadas. El parque, entonces, es circular. Por allí caminarán varias veces, por ese sendero tan singular como el infinito, una figura geométrica y retórica que contiene un número irracional. Allí surgirá la pregunta, el comentario del alemán sobre la bomba.

Pero no se sabe bien qué fue lo que hablaron. Ni ellos lo recuerdan claramente. Si recuerdan una cosa, se olvidan de otra, como si la memoria estuviera hecha de partículas de las que sólo se puede saber un estado.

Bohr es interpretado por el actor Patricio Contreras; Heisenberg por Sergio Griffo; Margarita por Alejandra Darín. Los tres, vestidos adecuadamente a la época del encuentro, dan con el physique du rol y Darín está a la altura de lo que se espera para una actriz de su talla. Los tres actores se pueden lucir con un texto complejo que da lugar a soliloquios de cada personaje. Darín le saca jugo al suyo, al final. Griffo, a quien no conocía, da en el tono y tiene buena dicción y proyección de la voz, a pesar de algún furcio disimulado. Contreras, desentona. Quizás faltó ensayo. Es una lástima, ya que se trata de un gran actor, protagonista de la inolvidable "Made in Argentina", así como de la serie "Buscavidas", entre otros muy buenos trabajos.

El juego de luces cenitales sobre los actores está bien logrado. La música acompaña, pero al menos al inicio tiene mayor volumen del necesario y tapa la voz de los protagonistas.

La puesta dura más de los 90 minutos que figuran en la ficha, casi dos horas que se hacen sentir, al punto de desear que termine. Sólo Darín logra revitalizar la obra con su lograda actuación que estimula emoción en el espectador.


En cualquier caso, vale la pena ir al teatro. El cine tiene miles de recursos, entre ellos, la edición. Una comparación posible entre cine y teatro es lo que se llama "plano secuencia" (cuyo mayor exponente fue "El arca rusa", A. Sokurov, 2002). Se trata de una secuencia filmada con un única cámara sin cortes. Por tanto, si algo sale mal, hay que filmar toda la escena de nuevo. Requiere, por eso, gran ensayo y sincronización.
Eso es el teatro. Es como programar en Assembler. Tiene pocos recursos y requiere mucho trabajo, pero es muy potente. Por eso mismo, cada salida a escena es distinta y seguramente las dificultades actorales se podrán limar y la música se ajustará. No es lo mismo escuchar un CD o MP3 que ir a un recital. Ahí están los actores, en carne viva. No se puede esperar la perfección, ni siquiera en un obra que incluye cierta precisión científica.

El público y la crítica recuerdan una puesta anterior de la obra, en el Teatro San Martín. Si, como yo, usted se la perdió, esta es otra posibilidad. El CCC Floreal Gorini es un lindo espacio teatral que incluye una biblioteca y un centro cultural. Invito a conocerlo y ver la obra, que se puso en cartel el 8 de marzo. Es una buena oportunidad para la reflexión sobre el sinuoso camino entre ciencia y política.

Es muy fácil acusar al físico alemán de colaborar con el régimen nazi "por la patria". Es más complicado cuando nos damos cuenta de que, al fin, quienes tiraron la bomba estaban del otro lado y lo hicieron con el mismo argumento. O quizás solo porque podían...

¿Por qué falló el gran Heisenberg, de mente matemática y musical, al calcular la masa crítica? ¿Por qué no hizo el cálculo? ¿Por qué no lo hizo Bohr? ¿No lo hicieron porque -inconscientemente- no querían? ¿O no pudieron? ¿Se querían estos dos físicos o eran competidores y enemigos?
¿Y si los aliados hubieran tenido la bomba antes? ¿Y si la hubiera tenido Alemania?

Preguntas que orbitan como reacción en cadena a partir del encuentro de dos físicos que provoca una fisión entre ambos. Como un choque o colisión, de un neutrón con un núcleo, que libera energía y más neutrones que, a su vez, continúan fisionando núcleos, en forma recursiva.

Para finalizar, además de recomendar la puesta dirigida por Mariano Dossena, invito a ver la película y, para quien sepa inglés, indico abajo una "guía de estudio" de una representación de la compañía teatral Timeline.

Antes de comenzar la función, el sábado 23 de marzo, el director Mariano Dossena, sacó esta foto. Marcado con un círculo rojo, estoy yo.

Ficha de la obra
Autoría: Michael Frayn
Actúan: Patricio Contreras, Alejandra Darín, Sergio Griffo
Vestuario: Vanesa Abramovich
Escenografía: Nicolás Nanni
Iluminación: Horacio Novelle
Realización de escenografía: Bea Blackhall
Redes Sociales: Juan Gabriel Yacar
Música original: Rony Keselman
Fotografía: Nacho Lunadei
Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia
Asesoramiento: Juan Carlos Imbrogno
Asistencia De Producción: Fausto Labraña, Ana López, Giselle Obregón
Asistencia de dirección: Esmeralda Gimenez
Prensa: TOMMY PASHKUS AGENCIA
Producción ejecutiva: Pablo Silva
Producción general: Laura Cerati
Dirección: Mariano Dossena
Duración: 90 minutos

CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN
Corrientes 1543 - Buenos Aires - Argentina.


Fuentes y enlaces relacionados
Timeline Study Guide
https://timelinetheatre.com/timeline-experience/explore-learn-copenhagen/

Familia Bohr en Wikipedia en inglés
https://en.wikipedia.org/wiki/Bohr_family

Copenhague en Alternativa teatral
http://www.alternativateatral.com/obra63528-copenhague?op=1

Centro Cultural de la Cooperación
http://www.centrocultural.coop/

Sobre las imágenes
Imagen de inicio del sitio Alternativa teatral.
Fotos de Instagram @marianodossena
https://www.instagram.com/marianodossena/


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