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24/6/16 - DJ:

¿Somos como las estrellas?

T.E.L: 7 min.

¿Es cierto que los seres humanos estamos compuestos de los mismos materiales que las estrellas, las plantas, animales, máquinas, muebles y todo lo conocido?



El lector Octavio, de Colombia, me escribe para preguntarme qué quise decir al final de una entrevista que me hicieron recientemente cuando me señalaron la igualdad en la composición de estrellas y personas y yo indiqué que eso era falso. La entrevista en cuestión fue realizada por Fernando Freixas para el programa "Pueblo Chico" de Radio Uno (103.1 FM) y se puede escuchar aquí:


http://radiocut.fm/audiocut/entrevista-a-gerardo-blanco/

El proceso de conocimiento puede pensarse como pendular, en un ciclo que se renueva y que tiene dos posiciones (de progreso y de regreso).
Desde la antigüedad fue fácil advertir, incluso con menos información que en la actualidad, las diferencias existentes entre estrellas, planetas, plantas, animales y seres humanos. Estas diferencias -que fueron notadas por ser notables- sin embargo carecían de buenas definiciones ya que se disponía de menos conocimiento.

A lo largo de milenios algo hemos avanzado. La ciencia moderna, relacionando lo descubierto en química y en astronomía, nos dice que todo lo conocido está compuesto de los mismos materiales. Es decir, el discurso de divulgación, en este caso, se enfoca en los denominadores en común más que en las diferencias.

Este procedimiento es muy interesante: mostrar, hacer evidente algo que existe, que es real, pero que la mayor parte de la sociedad no percibe, aunque lo que se muestre sea sólo UNA PARTE de la totalidad. Es válido este procedimiento, en tanto no se caiga (pendularmente) en pensar lo opuesto que antes cuando la realidad NO es así.

LA TESIS "TODO TIENE QUE VER CON TODO" o "FILOSOFÍA LEGO"
Paradójicamente, el discurso de divulgación en ciencias de la contemporaneidad se asemeja al pensamiento antiguo en que desde hace milenios se postula que todo lo que existe posee una chispa divina y, por tanto, todo tiene que ver con todo.
La ciencia, actualmente, parece sostener lo mismo, de otro modo: lo que existe en todo no sería una chispa divina, sino los "elementos" químicos, bloques de construcción básico de TODO lo conocido.
¿Es cierto esto? A continuación voy a poner en duda esta idea y lo haré de dos modos. Para ser más específico, voy a dividir mis argumentos en dos partes, a partir de dos enunciados.

Enunciado 1: los seres humanos somos como las estrellas porque estamos compuestos de los mismos elementos químicos formados en los astros.

Enunciado 2: los seres humanos estamos compuestos de los mismos materiales que todo lo que existe (estrellas, galaxias, perros, casas, autos, etc).

Es más fácil poner en duda el segundo enunciado a partir de la hipótesis de la materia oscura. Hace algunas décadas, a partir de los descubrimientos de los astrónomos (en particular la astrónoma Vera Rubin) los investigadores señalan que la mayor parte de la materia en el Universo sería una forma de materia DISTINTA a TODO LO CONOCIDO hasta ahora. Es decir, una forma de materia DIFERENTE a la que compone a las estrellas, perros, gatos, muebles y todo lo demás (aunque sería indispensable para la formación de galaxias, quizás también de las estrellas).

Sin embargo, la materia oscura permanece como hipótesis, a pesar de que las sucesivas investigaciones han acotado las posibilidades y por tanto es posible esperar pronto alguna resolución al enigma que, me parece, la comunidad astronómica espera que sea una confirmación de la hipótesis.

Si la hipótesis no se confirmara, tendríamos un lindo problema.

Pero si, como parece ser de consenso científico actual, se confirmara la existencia de materia oscura, entonces, la tesis de "todo tiene que ver con todo" que se sostiene desde Carl Sagan hasta la actualidad en la divulgación, entraría en crisis.

Es más difícil poner en duda el enunciado 1. Lo que sigue es un argumento que es más filosófico que científico, a pesar de que se incluyen nociones científicas modernas.

Imagen 2: Hay quienes piensan al mundo y el universo todo como formado por bloques básicos de construcción. Es la "filosofía Lego".

La idea de que estamos formados de material estelar surge del conocimiento de la nucleosíntesis estelar que se puede relatar en forma simple de la siguiente manera:
Las estrellas primitivas, las primeras generaciones, se formaron de nubes de materia que era casi exclusivamente hidrógeno. Imaginemos a los átomos de hidrógeno como bloques de construcción tipo Lego.
Si usamos esa analogía, esos bloques serían todos iguales, digamos bloques amarillos.
Pero en la receta para fabricar una estrella hace falta otro ingrediente: la gravedad. La gravedad es energía y, dado que energía y materia son dos caras de la misma moneda, entonces es otro ingrediente de materia. Sin embargo, en esta receta los ingredientes se pueden diferenciar: bloques amarillos (átomos de hidrógeno) y bloques blancos (gravedad). Estos bloques son similares entre sí, aunque diferenciables.

A medida que la gravedad comprime la materia, aumenta la temperatura, en un proceso similar al que ocurre cuando ponemos agua en un tarro sobre un fuego: el fuego es energía que pasa a las moléculas de H2O que por eso se mueven más rápido. La velocidad media de las moléculas es lo que conocemos como temperatura. Como se ingresa permanentemente energía en el sistema, las moléculas aumentan cuantitativamente la velocidad y por tanto, aumenta cuantitativamente la temperatura. Hasta que se llega a un punto crítico (la ebullición) en el que se produce en un cambio de calidad: el agua pasa del estado líquido al gaseoso.

De manera análoga, la gravedad, al comprimir la materia (átomos de hidrógeno) aumenta cuantitativamente la temperatura del sistema. Y en un punto crítico, se produce un cambio de calidad y los átomos se pueden fusionar. De modo que este proceso de fusión termonuclear consiste en que dos bloques blancos comprimidos, en un momento crítico, pueden fusionarse y crear una nueva forma de materia: bloques naranjas (átomos de helio).

Estos nuevos bloques se pueden diferenciar de aquellos que les dieron origen, pero son muy similares. En procesos sucesivos, en las estrellas se fusionarán los elementos básicos para crear elementos más pesados. Al final, las estrellas primitivas expulsaron sus capas exteriores al espacio. De ese material se formarían más tarde la segunda generación de estrellas producidas ya no de una nube de bloques blancos, sino de un material que incluía bloques blancos, naranjas, verdes. Y nuevamente se retomó el mismo mecanismo para producir elementos enriquecidos que también fueron expulsados al espacio y que dieron lugar a que se formaran luego estrellas de tercera generación.
De esta manera se fueron produciendo los elementos que conocemos de la tabla periódica, excepto el hidrógeno, una pequeña cantidad de helio y litio (que se habrían formado como consecuencia del big bang) y aquellos otros elementos que no se forman naturalmente pero que se pudieron crear en laboratorios.

Este proceso se podría pensar del siguiente modo: hay ciertos bloques de construcción básicos (átomos, gravedad) que al relacionarse unos con otros dan lugar a diferentes estructuras: estrellas, planetas, galaxias.
Es decir que la materia es capaz de transformarse en otras formas de materia.

Imagen 3: El Very Large Telescope como modelo Lego con foto de Vía Láctea de fondo.

Avancemos un poco más: en algunos casos, este mecanismo logra algo asombroso: la nueva materia (generada por la propia materia) se distingue cualitativamente de las formas anteriores: se forma VIDA. La ciencia tiene todavía problemas para definir qué es la vida y cómo se produce exactamente. En el caso de la Tierra podemos apelar al concepto de "Sopa primordial" (o "caldo primigenio") como un conjunto de ingredientes (cuya clave es el agua) que por reacción a radiación (otra forma de materia) habrían formado los primeros organismos unicelulares y luego pluricelulares que se podían replicar (es decir que hay "replicantes" mucho antes que en Blade Runner).

Y aquí, entonces, dada la diferencia cualitativa y sustancial entre formas de materia, sería válido una mayor distinción: hay materia que, a pesar de su diferencia, puede pensarse como igual: materia inerte y básica (átomos, gravedad).
La interacción entre esas formas de materia da lugar a materia VIVA, más compleja, formada ya no sólo por bloques básicos, sino por estructuras más complejas: moléculas, proteínas...

Y en la evolución biológica se produjo luego una forma de materia que también requiere otra clasificación: la materia viva CONSCIENTE, que puede pensar y pensarse, comunicarse y crear bibliotecas, catedrales, universidades, guerras, bombas, poemas.

La materia viva, sin embargo, merece subclasificaciones que ya no es igual un gusano que un pulpo: algunas formas vivas poseen sistema nervioso central, más o menos complejo.

LA METAMORFOSIS MATERIAL
De modo que hemos desarrollado una suerte de ontología material, por tanto, monista, pero pluralista: la materia NO ES toda igual. Y entonces, las diferencias primitivas que habíamos notado, pueden retomarse, pero de otra forma, sin negar los denominadores en común, sino por el contrario, gracias a que éstos existen.
La materia genera nuevas formas de materia (podemos apelar al concepto de "emergentismo"), en procesos de transformación, como larvas que se convierten en crisálidas que se transforman en mariposas.
En esta analogía, las estrellas serían una fase anterior a las larvas, es decir, una forma de materia creada por bloques de construcción básicos y que da por resultado una materia simple. Digo que es simple no porque sea sencillo entender el proceso de formación estelar, que es complicado y repleto de matemáticas avanzadas (a lo que se dedican los astrónomos), sino porque es una forma de materia MUCHO MENOS COMPLEJA que otras como las que tienen vida y las que tienen vida consciente.

Por tanto, decir que los seres humanos somos como estrellas o muebles es ver sólo una parte del asunto. Es cierto que en todos esos casos (excepto por la potencial materia oscura) los bloques de construcción básicos son los mismos. Pero es falso que seamos sólo bloques de construcción básicos. Ni siquiera las estrellas son sólo eso.
Y mucho menos las personas. NO somos objetos, somos seres complejos, enriquecidos tanto por un largo proceso natural y biológico, sino también por más complicados procesos sociales. Hemos desarrollado lenguajes y sociedades que serían imposibles de pensar sin procesos de socialización.

De modo que cuando escuchemos o leamos que somos como estrellas, podemos pensar que quien diga eso, nos cuenta sólo una parte del asunto, a partir de una interpretación tipo Lego/Minecraft de la realidad. No es ese un relato completamente falso y es válido en tanto no es fácil, sin conocimiento, advertir los denominadores en común entre la materia conocida hasta ahora.
Pero acto seguido, hace falta contar el resto de la historia. Por eso, los seres humanos no somos objetos de cambio (playmobils), sino sujetos de cambio, que es cuantitativa y cualitativamente distinto a ser pedazos de roca o agrupaciones de gas o la mera acumulación de bloques básicos.


Fuentes y enlaces relacionados
Wikipedia: Caldo primigenio
https://es.wikipedia.org/wiki/Caldo_primigenio

Wikipedia: Emergentismo
https://es.wikipedia.org/wiki/Emergencia_(filosof%C3%ADa)

Sobre las imágenes
Imagen inicial: Usé el servicio Photobrix para crear la imagen de una galaxia "tipo Lego" y una imagen de Planet Minecraft.

Imagen 2: Flickr: LEGO World Kobenhavn 2011, de Matija Grguric
https://www.flickr.com/photos/matijagrguric/5457215712

Imagen 3: Modelo de LEGO® del VLT en contra de la verdadera Vía Láctea
Modelo del VLT de Frans Snik se sitúa ante una fotografía de fondo, desde el lugar actual del telescopio en el Desierto de Atacama en Chile, con la Vía Láctea elevándose majestuosamente hacia el cielo.
Crédito: Y.Beletsky/ESO/F. Snik/M. Zamani
https://www.eso.org/public/spain/images/ann16013b/

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