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2/11/06 - DJ:

Distinguieron a 12 científicos argentinos

En Estados Unidos:Cada uno recibirá US$ 500.000 en 5 años para investigaciones
Vía La Nación

Si alguien dudaba del nivel de la ciencia local, la lista de subsidios internacionales que ayer a la tarde dio a conocer el Instituto Médico Howard Hughes (HHMI), de Estados Unidos, lo ayudará a cambiar de opinión: de los 21 otorgados a América latina, 12 fueron para investigadores argentinos, tres para Brasil, uno para Chile, uno para Venezuela y cuatro para México. Cada uno de ellos recibirá 500.000 dólares en cinco años para realizar sus investigaciones.

“Indudablemente es una buena noticia”, sintetizó el doctor Armando Parodi, presidente del Instituto Leloir y uno de los que lo recibieron por tercer año consecutivo. Precisamente, su instituto es un caso poco frecuente en el mundo, ya que en sus laboratorios trabajan nada menos que cinco investigadores con subsidios del HHMI: además de Parodi, Andrea Gamarnik, Pablo Wappner, Fernando Goldbaum y Alejandro Schinder.

Los otros científicos que recibirán la distinción son Diego de Mendoza, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR); Ana Belén Elgoyhen, del Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi); Carlos Frasch, del Instituto para la Investigación en Biotecnología, de la Universidad Nacional de General San Martín; Alberto R. Kornblihtt, de la Universidad de Buenos Aires; Javier F. Palatnik, del IBR; Marcelo Rubinstein, del Ingebi; Alejandro Vila, del IBR y Marcelo Yanovsky, del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas. Todos pertenecen al Conicet.

El Instituto Médico Howard Hughes (HHMI, según sus siglas en inglés), creado por el magnate texano que fue un pionero del cine y la aviación, es una de las instituciones filantrópicas y de investigación biomédica más prestigiosas del mundo: convertirse en uno de sus investigadores es, además de una situación económicamente ventajosa, uno de los más altos honores en la carrera de un científico. Los premios se adjudican a través de una selección competitiva de las más duras que puedan imaginarse. Baste con mencionar que en esta edición hubo 546 postulantes.

"La investigación que están haciendo estos científicos en sus países se compara favorablemente con la que realizan destacados investigadores en los Estados Unidos", afirma en el comunicado Peter Bruns, vicepresidente del HHMI. Y más adelante agrega: "Son los que marcan el ritmo en sus campos de investigación".

En el país, Diego de Mendoza estudia las señales intra y extracelulares que regulan la síntesis de lípidos de membrana de las bacterias Gram-positivas, un conocimiento que podría orientar el diseño de nuevos antibióticos.

Ana Belén Elgoyhen trabaja en la neurobiología de la audición, tratando de investigar genes que están involucrados en traducir el estímulo sonoro en señales eléctricas que son codificadas por el cerebro y de identificar genes relacionados con hipoacusias humanas.

Carlos Frasch intenta comprender la organización, función y expresión de moléculas del Trypanosoma cruzi , agente causal del mal de Chagas.

Fernando Goldbaum estudia la brucelosis, una infección que en la Argentina afecta al 10% del ganado.

Alberto Kornblihtt trata de entender cómo hace un gen para producir más de una proteína, un proceso conocido como "splicing alternativo".

Javier Palatnik estudia los mecanismos que controlan la forma de las plantas.

Marcelo Rubinstein investiga los receptores químicos del cerebro que ayudan a regular la emoción, la motivación y el placer.

Alejandro Schinder estudia cómo se desarrollan las neuronas en el cerebro adulto.

Alejandro Vila investiga los mecanismos de resistencia a una familia de antibióticos que incluye la penicilina y la cefalosporina.

Pablo Wappner estudia la forma en que el oxígeno controla la expresión genética en las células.

Y Marcelo Yanovsky está interesado en los relojes internos de los organismos, llamados ritmos circadianos. Andrea Gamarnik es investigadora internacional del HHMI en el rubro de enfermedades infecciosas y estudia los mecanismos de replicación del virus del dengue.

"Es una buena noticia -opinó Parodi, que estudia cómo se pliegan las proteínas-. Entre otras cosas, porque actualmente el mayor problema que tenemos los investigadores en el país es el costo de los equipos grandes. Y el Howard Hughes estipula que el 20% de los subsidios debe invertirse en mejoras para la institución en la que uno trabaja. De modo que nosotros podemos sumar varios para afrontar la compra de instrumentos muy costosos para los que no hay muchos aportes en el país."

Por Nora Bär
De la Redacción de LA NACION

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