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2/12/06 - DJ:

40 años de radioastronomía argentina


Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR)
Este viernes 1 de diciembre, el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) celebra sus 40 años de vida. Lo hace en su predio original, en el Parque Iraola, Villa Elisa, donde dos enormes antenas son la marca de identidad de la radioastronomía en el país, y referente en
Latinoamérica.
Vía Boletín de Noticias Nro. 193 del Observatorio Nacional de La Plata

Cumplieron años en marzo pasado pero la fiesta formal será este primer viernes de diciembre, a partir de las 11.00 y con la presencia de las autoridades del Instituto, su personal, autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) -del cual depende- de
la Comisión nacional de Asuntos Espacuiales (CONAE), de la Universidad Nacional de La Plata y otros institutos científicos afines. Figuras de peso en el área científica como Carlos Varsavski, su fundador, han tejido la trama de este sitio que hace de la radioastronomía un cotidiano punto
de investigación y transferencia tecnológica.

La inauguración del radiotelescopio en el Parque Pereyra Iraola fue el 26 de marzo de 1966. Unos años antes se habían iniciado las gestiones para que la Argentina tuviera un radiotelescopio y un sitio de investigaciones afines. Este Instituto radioastronómico tiene muchos objetivos cumplidos y por realizar; dialogamos con el Dr. Ricardo Morras, Director del IAR.

-Un nuevo aniversario del Instituto Argentino de Radioastronomía ¿Bajo qué premisas pueden condensarse tantos años de investigación y observaciones radioastronómicas?

Este nuevo aniversario, el cuadragésimo, nos encuentra haciendo balances, con éxitos y sinsabores. Contentos con la producción científica del Instituto (mas de 750 contribuciones); formación de recursos humanos (decenas de tesis y tesinas de astronomía, física, ingeniería e
informática); transferencia tecnológica (volcada especialmente a la actividad espacial); etc. Sinsabores de no haber podido desarrollar nuevos objetivos estratégicos, por ejemplo, un nuevo instrumento.

-¿Cuáles son los principales temas, ejes, que tomará el IAR durante este año?

Se empezó a discutir hacia dónde dirigiremos nuestros esfuerzos: nuevo instrumento, búsqueda de sitios astronómicos de interés para instalar los mismos, y continuar con la Transferencia tecnológica, apuntando a la formación de nuevos recursos humanos.

-Tener el telescopio radioastronómico más grande de Sur América ¿Qué compromiso implica y cuán requerido es por países que no poseen dichas facilidades instrumentales?

Esa frase contenida en la pregunta es un poco ampulosa: los radiotelescopios del IAR han cumplido una etapa importante en su producción, particularmente con la conclusión de los grandes relevamientos de continuo de radio en 1420 MHz y el de Hidrógeno Neutro. Aunque tenemos
proyectos nuevos de observación somos concientes que dichos instrumentos pueden ser valiosos a corto/mediano plazo. No más. Por eso es que estamos discutiendo qué instrumento de nuevo tipo necesita el IAR para los próximos 10, 15 años.

-¿Cuál cree, a grandes rasgos, que es la perspectiva en astronomía radioastronómica, puntualmente en nuestro país?

El IAR está invirtiendo esfuerzos en caracterizar la opacidad de la atmósfera para encontrar sitios de interés radioastronómico. Por ejemplo, tiene un instrumento funcionando a 4600 m de altura, en plena Puna Salteña, a 400 km al oeste de la ciudad de Salta. El desarrollo de
la radioastronomía no es ajeno al desarrollo del país. Las crisis que aquejó a la Argentina en las últimas décadas ha dejado sus huellas también en la radioastronomía. De ahí parte de nuestras frustraciones que mencionaba al comienzo.

-¿Qué nombres se destacan en la historia de la radioastronomía argentina?

Carlos Varsavski (fundador del Instituto), Esteban Bajaja y Wolfgang Poppel (ambos recientemente jubilados) que han contribuido a la formación de la actual generación de relevo.

-¿Qué sucede con el interés de los jóvenes graduados?

En el IAR han ingresado, en calidad de becarios y pasantes, alrededor de 30 jóvenes profesionales y estudiantes de diferentes áreas (investigación y tecnología), lo cual nos hace mirar con profundo optimismo el futuro. Ellos son la generación de relevo.

Un corazón ligado al IAR
Esteban Bajaja, doctor en física.

-Está muy ligado al Instituto Argentino de Radioastronomía. Cuéntenos un poco sobre esa filiación con el IAR.

Nací en 1931 y en ese año nació la radioastronomía, mi filiación al Instituto significa haber empezado a trabajar limpiando el terreno, extendiendo cables, poniendo tornillos, construyendo esa antena que tenemos allí todavía funcionando y fueron además 15 años en total de
dirección del IAR. He pasado buena parte de mi vida tratando de hacer que el Instituto pueda seguir funcionando y yo sinceramente admiro a mucha gente de allí que ha pasado muchos veranos de cuarenta grados trabajando en oficinas cerradas o con mucho frío, de manera que estoy
agradecido no sólo por la oportunidad de haber trabajado en lo que me gustaba, sino también tener el apoyo de toda esta gente muy valiosa.

Datos sobre la radioastronomía y los radio telescopios

Desde el IAR se realiza investigación científica en Radioastronomía, se presta ayuda y asesoramiento a otras instituciones interesadas en esta investigación, se colabora en el desarrollo de la enseñanza de la disciplina, se forman profesionales y técnicos y se hace difusión a la sociedad de esta especialidad.

Los instrumentos son fundamentalmente telescopios de "survey" y han realizado su mayor contribución. A mediano plazo continuarán produciendo bases de datos de importancia científica, pero la utilidad científica se verá limitada por la estructura de las antenas. Si no se desea abandonar el campo de la observación radioastronómica con fines científicos, se deberá contar con una facilidad instrumental nueva.

Se pueden introducir mejoras al instrumental existente en el corto plazo; también desarrollar un instrumento basándose en buen grado en la experiencia y los recursos humanos locales, sin descartar vinculaciones con el exterior.

Sobre las utilidades y características de la radioastronomía, conversamos con el Dr. Marcelo Arnal, astrónomo, investigador y profesor del Instituto Argentino de Radioastronomía y de la Facultad de Cs. Astronómicas y Geofísicas de la UNLP.

"Hay muchos objetos celestes que no son observables con instrumentos ópticos, por ejemplo, lo que denominamos medio interestelar, que es un gas con propiedades muy especiales donde ocurren procesos físicos que se detectan con radiotelescopios en lo referido a longitudes de onda
de radio y también suceden procesos captados en rayos x o en infrarrojo.

A partir de datos recolectados con diferentes telescopios se puede armar un complicado rompecabezas compuesto por las diferentes frecuencias tenidas en cuenta. "Es como ver a un humano a simple vista y luego a través de una placa de rayos X. Son otros componentes del mismo sujeto".

Arnal explicó que la Radioastronomía es una rama relativamente joven de la astronomía que usa técnicas noveles de observación y que, en muchos casos, es la única alternativa disponible para investigar ciertos fenómenos que ocurren en el universo. Mediante un arsenal de instrumentos y técnicas de observación muy variadas ha realizado importantes contribuciones en
campos de investigación tan diversos como el estudio del medio interestelar de las galaxias, la formación estelar, los remanentes de supernova, los pulsares, la dinámica de las galaxias, el estudio de radiogalaxias y cuásares, la cosmología, etc.

Respecto a los radiotelescopios y sus características, Arnal señaló que así como la luz impide realizar una observación a través de un telescopio óptico, a los radiotelescopios les afecta la presencia de una emisora de radio o televisión cercana, las comunicaciones con telefonía celular, el radar de Ezeiza o satélites artificiales que bajan información o que desde la Tierra les transmiten información. "Todo eso para nosotros es ruido y las técnicas para eliminarlo llevan a un desarrollo tecnológico muy importante que luego se aplica también a las telecomunicaciones, al reconocimiento de recursos naturales en imágenes satelitales, etc".

La lluvia no resulta un problema para la utilización de un radiotelescopio pero sí lo son las tormentas eléctricas o vientos muy intensos ya que la antena como la que tenemos en el IAR tiene 30 metros de diámetro y un gran viento podría sacarla de su anclaje.

El radiotelescopio ubicado en el Instituto Argentino de Radioastronomía es el único que existe en nuestro país y el único de esas características en toda Latinoamérica. Los instrumentos son fundamentalmente telescopios de "survey" y han realizado su mayor contribución. A mediano plazo
continuarán produciendo bases de datos de importancia científica, pero la utilidad científica se verá limitada por la estructura de las antenas. Si no se desea abandonar el campo de la observación radioastronómica con fines científicos, se deberá contar con una facilidad instrumental nueva.

"La importancia de la radioastronomía dentro del contexto de la astronomía en forma general- agrega Arnal- puede verse en los 126 radiotelescopios existentes en el mundo de los 456 telescopios que existen en 36 países".

En el IAR funciona el Grupo de Astrofísica Relativista y Radioastronomía (G.A.R.R.A), que trata temas básicos de la astrofísica relativista, incluyendo rayos cósmicos, agujeros negros, micro cuásares, y núcleos galácticos activos.

Desde el IAR se realiza investigación científica en Radioastronomía, se presta ayuda y asesoramiento a otras instituciones interesadas en esta investigación, se colabora en el desarrollo de la enseñanza de la disciplina, se forman profesionales y técnicos y se hace difusión a la sociedad de esta especialidad.

Fuente: entrevistas realizadas por la Per. Alejandra Sofía
Boletín de Noticias del Observatorio Astronómico de la UNLP


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Orígenes de la Radioastronomía (*)
Un ingeniero de la Bell Telephone Laboratories, Karl Jansky, estudiando la naturaleza de los ruidos que perturbaban las comunicaciones en ondas cortas, y trabajando con una antena direccional y un equipo receptor para l=14.6 metros, descubrió en 1932 una intensa fuente de ruido en una determinada zona del cielo. Del estudio sistemático de la misma notó que
la señal, con la misma posición de la antena, se repetía aproximadamente cada 23h 56m.

La fuente de ruido debía ser exterior al sistema solar, ya que dicho período corresponde justamente al día sidéreo (23h 56m 04s). Jansky había observado el centro de nuestra galaxia, realizando así la primera observación radioastronómica y estableciendo las bases para una nueva
forma de estudiar el universo.

Sin embargo, este descubrimiento no fue considerado importante para la empresa en la cual Jansky trabajaba, aunque sí lo fue para el ingeniero y radioaficionado Grote Reber quien, años más tarde (1940), construyó en su casa la primera antena dedicada a fines astronómicos con un reflector parabólico, introduciendo así el diseño que adoptarían en lo sucesivo, básicamente, todos los radioobservatorios.

Con dicha antena parabólica de 9.6 metros de diámetro y un receptor para 160 MHz (l=1.87 metros) pudo trazar el primer mapa radioeléctrico del cielo. Posteriormente, con el progresivo desarrollo de la tecnología, se mejoró el poder resolvente de las antenas y la sensibilidad de los
receptores, y paulatinamente el interés de los astrónomos fue volcándose hacia este nuevo modo de observar al cosmos.

(*) Tomado de la página del IAR


El IAR se encuentra ubicado en el km 40 del Camino Gral. Belgrano, en el
interior del Parque Pereyra Iraola.
Camino Gral. Belgrano km 40 - Berazategui
Prov. de Buenos Aires - ARGENTINA
Tel: +54-221-482-4903 Tel/Fax: +54-221-425-4909

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