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3/2/17 - DJ:

Ciencia y meritocracia: Una revisión

T.E.L: 10 min.

Reflexiones sobre el sistema científico, sus fortalezas y debilidades.




Con el conflicto por la no continuidad de los investigadores de Conicet -que a tenido una resolución transitoria y frágil- se puso en el tapete un debate mal enfocado por las circunstancias.

De un lado aparecieron voces relativizando la importancia de la investigación científica bajo el argumento falaz de que como ciertos investigadores, aparentemente, malgastarían el dinero del Estado al realizar indagaciones "inútiles o absurdas", entonces -sin solución de continuidad- debe despedirse indiscriminadamente. El argumento es falaz porque, aunque sea cierto que algunos investigadores procedieran de ese modo, no se puede extrapolar al conjunto. No se puede pasar de una cosa a la otra sin mediar un proceso reflexivo, por lo que la argumentación parece ser un "acto reflejo" prejuicioso.

Para contrarrestar esta postura, hay quienes decidieron decir lo contrario: que el sistema científico argentino, y específicamente CONICET, es "un emblema de la meritocracia" [1].

La meritocracia es una forma de gobierno basado en los méritos. Habrá que considerar a qué se le llama "mérito" y evaluar luego si el sistema científico funciona en relación a esa definición.

Lo que haré a continuación será poner en duda que el sistema científico sea "meritocrático", sin desconocer que sí tiene algunos elementos que permiten usar el término parcialmente y sin que este argumento suponga avalar la primera clase de discurso mencionada al inicio. Es decir que los datos y comentarios que siguen no tienen por objetivo desconocer la importancia del quehacer científico ni pone en duda lo que hacen millones de investigadores en el mundo. Por otro lado, no me voy a referir específicamente a CONICET, sino a la ciencia internacional que incluye a la Argentina.

Pero antes de empezar quiero volver sobre un eje que ya expuse en su momento en este blog que sí tiene que ver con el conflicto de marras.

Si lo que se pretendía objetar era el "trabajo inútil" es algo que podemos -y debemos- discutir, aunque habría que ver qué definiciones usamos de "utilidad". La palabra está relacionada a la necesidad (y hay diferentes clases de necesidades). No cabe discutir que tanto individuos como sociedades necesitan comer para vivir y para comer debe producirse riqueza y que producir es trabajar. Por tanto, si hay algo indiscutible, es que el trabajo es necesario. Lo que sí puede debatirse es qué trabajo y en qué circunstancias puede ser considerado socialmente útil. Pero si ese fuese el tema, entonces la solución no es eliminar puestos de trabajo, sino en todo caso, transformarlos. Es decir que si algunos realizan trabajos "inútiles", pero a la vez necesitan trabajar, la solución no puede ser cortar el empleo, sino transformar la tarea. De allí lo falaz del argumento inicial y por tanto, como ése era el núcleo del asunto, tratar de contrastar esos argumentos con la noción de meritocracia parece "lunático".

Empero, ¿vivimos en una sociedad meritocrática? ¿la ciencia realmente lo es? ¿Puede evaluarse el mérito en una sociedad desigual?

SOCIEDAD MERITOCRÁTICA E HIPOCRESÍA
Hay quienes pueden pensar que la democracia es "en sí misma" meritocrática en tanto los poderes de los Estados recaen en personas que fueron votadas por la mayoría y que ése es su mérito. Si así fuese, dado que la mayoría en EE.UU. votó a la candidata que perdió, cabría negar que al menos en ese país haya meritocracia (aunque suele decirse exactamente lo opuesto).
Los prejuicios que generan segregación, sea de género, racial o de otra índole, implican evaluar a una persona en su trabajo no por sus méritos (habilidades, logros), sino por el color de piel o sexo, en la falsa suposición de que tales criterios suponen que todas las personas que los poseen son "inferiores" al resto. EE.UU. es ejemplo de muchas cosas, entre ellas, de discriminación (como lo apunta la recién estrenada película Talentos ocultos de Theodore Melfi). La discriminación es contraria a la supuesta meritocracia, pero conviven porque la meritocracia es un cuento. Y lo es porque difícilmente puedan analizarse méritos sin igualdad. Las igualdades de género, etnia, ideología, etc, son necesarias, pero insuficientes. La más profunda desigualdad es de clase. Digamos, de paso, que la astrología se basa en ideas falsas para separar a las personas según la supuesta personalidad. Pero esos prejuicios anticientíficos forman parte también de la ciencia.


Más allá del sistema electoral, los funcionarios de los Estados Nacionales son elegidos por el voto popular sólo en parte, ya que muchos son elegidos a dedo por quien efectivamente ganó una elección, no en base a sus "méritos", sino en base a otros criterios, entre ellos el "amiguismo" o la sintonía ideológica.

En todas partes del mundo los trabajadores hacen grandes méritos (durante varias horas diarias) para recibir a cambio salarios miserables. Mientras políticos, empresarios y ciertos trabajadores ganan mucho más de lo que producen. Messi y los Rolling Stones generan deleite en sus partidos y recitales, pero sus fortunas parecen decir que descubrieron la cura para toda forma de cáncer, no que realizan shows para el necesario esparcimiento.

En las empresas privadas ocurre otro tanto: el lamebotismo está a la hora del día más que la supuesta evaluación de méritos. Como si fuera poco, un criterio imperante es el de "productividad" que sólo funciona de arriba hacia abajo.

De modo que el concepto de meritocracia en los Estados Nacionales y en las empresas públicas o privadas se puede poner en duda. ¿Qué pasa en la ciencia?

¿CIENCIA MERITOCRÁTICA?
La ciencia no está al margen de las contradicciones sociales, a menos que creamos que los científicos forman una clase especial de personas, más allá del bien y del mal.
Suele decirse que la ciencia no es democrática. Hay quienes ven en la democracia un opuesto a la meritocracia [2]. Se dice que la ciencia no es democrática porque no podemos determinar cómo funciona la realidad haciendo una votación. Si consultáramos a la población sobre la forma de la Tierra, quizás una mayoría indique que es plana, aunque no lo es. Por eso la ciencia se basa en evidencias (lo que no excluye las discusiones sobre cómo interpretar los datos objetivos).

Se repite también que la ciencia es meritocrática porque los investigadores supuestamente pasan por un riguroso mecanismo (en manos de los propios científicos con algunas regulaciones de los Estados, es decir, con injerencia política) que asegura que quien obtiene un puesto en los organismos de ciencia públicos, está debidamente capacitado y ha producido ciencia de calidad (es decir, tiene los méritos correspondientes). ¿Es así?

Kevin Carey publicó en el New York Times una nota (en inglés) sobre las publicaciones científicas fraudulentas [3]. Parte del artículo fue traducido para la versión en español que publica el diario Clarín [4]. Repito que la traducción es de una parte del original.

Extraigo algunos párrafos del artículo traducido:
(...) OMICS International lidera el creciente negocio del fraude de las publicaciones académicas. Ha creado una veintena de “publicaciones” que imitan el aspecto y estilo de las publicaciones académicas tradicionales. OMICS también está en el negocio del fraude de conferencias (...)
Ambos esquemas explotan un aspecto de la educación superior moderna. Los académicos necesitan publicar trabajos para avanzar profesionalmente, conseguir mejores empleos o asegurarse un puesto permanente.
En octubre, un profesor universitario de Nueva Zelanda mandó un artículo para la “Conferencia Internacional sobre Física Atómica y Nuclear” patrocinada por OMICS, a realizarse en noviembre en el Hilton Atlanta Airport, en Georgia.
Fue escrito usando el teclado predictivo de su iPhone, que produjo una sinopsis que empieza así: “La física atómica y yo no tendremos el mismo problema con una sección separada durante un camino muy largo largo. Las armas nucleares no tendrán que salir el mismo día después de un largo momento del año añadió los dos bandos verán a los dos líderes tomen el mismo camino para sacar a la luz sus largos caminos de lo mismo ya que habrán sido un buen lugar por un buen momento en casa el frente unido y ella es un gran lugar para un buen momento”.
El paper fue aceptado en menos de tres horas.
OMICS gana dinero en base a volumen. Su sitio en Internet conferenceseries.com enumera cientos de “reuniones académicas”, muchas en destinos vacacionales como Las Vegas.

El ejemplo dado sobre el artículo espurio recuerda al Escándalo Sokal de 1996 [5], con lo cual no es algo que se acabe de descubrir. Lo que nos lleva a la cuestión sobre las publicaciones científicas, así como a las instituciones de ciencia.


PUBLICACIONES E INSTITUCIONES CIENTÍFICAS Y MERITOCRACIA
Richard Dawkins escribió un artículo en el que se pregunta ¿cuál es el gobierno de la razón? ¿La democracia o la meritocracia? Luego de señalar los aspectos fuertes de los méritos en ciencia, dice: "El mayor problema de la meritocracia es que le quita poder a la ciudadanía y se la otorga a individuos con poder, abriendo lugar a otra forma de abuso de poder" [6].

En un artículo de 2012 en BMJ Open titulado "Ciencia sin meritocracia" [7] se indica que de un sondeo a más de 1200 profesionales en medicina de Europa se concluye que para casi el 70% la discriminación forma parte de las ciencias médicas, lo que indicaría que entonces la meritocracia no es tal. Es decir que se tienen en cuenta datos no relevantes (género, zona geográfica) a la hora de tomar decisiones salariales y de jerarquía entre los investigadores.

En el sitio web de la Independent Balkan News Agency se entrevistó al Dr. Agim Vinca de Albania sobre la falta de meritocracia en ciencia, específicamente sobre la falta de transparencia en el otorgamiento de títulos académicos a quienes no lo merecen realmente [8].

En Quora hay un debate sobre si es necesario repensar el proceso de publicaciones científicas para que sea más meritocrático [9].
Las pocas respuestas del debate están en inglés y contienen algunos términos que el público general puede no conocer y que trataré de explicar en forma simple:
Algunos señalan la necesidad de la "doble revisión ciega": los journals (es decir, las revistas científicas especializadas) suelen tener un proceso de revisión de los artículos en manos de otros científicos en el mismo tema específico. Cuando la revisión es "simple ciega" significa que el revisor conoce la identidad de los autores del artículo enviado, pero no al revés, es decir, el revisado no sabe la identidad del revisor. La modalidad "doble ciega" implicaría que ambos desconocen la identidad del otro.

Esto es importante por dos razones:
1-la revisión ciega simple no evita el "amiguismo" o para decirlo en forma más amplia la subjetividad. Téngase en cuenta que en ciertos ámbitos reducidos los investigadores se conocen entre sí y pueden tener mayor o menor afinidad por motivos ajenos a la investigación del caso, cuestiones personales, que pueden llevar a que un revisor sea "amigo o enemigo" del revisado.
2-Porque esto no ocurre sólo con los journals, sino también en las instituciones científicas (como CONICET).

Otro elemento que se señala como importante para que exista mayor "meritocracia" en las publicaciones es el acceso abierto (open access) y la posibilidad de que los pagos sean menores o nulos. Expliquemos entonces que para financiar una publicación hay una doble vía: se le cobra a los científicos que quieren publicar y se le cobra a los lectores de los artículos publicados. Para los investigadores que tengan grandes becas, el pago para revisar y publicar puede no ser un problema. Para los que no tienen tales becas, sí. De modo que publicar o no puede ser el resultado de una cuestión económica ajena a los méritos. En algunos casos, los Estados Nacionales realizan los pagos a algunas editoriales permitiendo así que los investigadores de tal país puedan publicar en esos journals sin que ese pago salga de sus bolsillos.

Se menciona además que los reportes de los revisores deberían ser públicos, para mayor transparencia y menor "caprichosidad".

Otro elemento que merece atención es la correcta, específica, tarea de los autores. Un paper puede estar firmado por varios autores sin saberse qué hizo cada quien, en qué medida participó cada uno (medida cualitativa me refiero).

El último comentario en ese debate (al día de publicación de este post) señala un artículo en Nature sobre "hacer científico el proceso de revisión" [10]. Al final del artículo el autor dice: "Casi no hay barreras para una eventual publicación. No parece haber un estudio demasiado fragmentado, ninguna hipótesis suficientemente trivial, ninguna cita demasiado sesgada o egoísta, ningún diseño muy deformado, metodología fallada, presentación de datos imprecisa, oscura o contradictoria, no parece haber argumento circular o conclusiones injustificadas o gramática y sintaxis demasiado ofensivas para que un paper termine publicándose".


EN BUSCA DE SOLUCIONES: ¿UN MOONSHOT?
La frase anterior es similar a decir que se publica cualquier cosa. Peor: quienes sí realizaron una investigación (es decir, que no usaron el texto predictivo del smartphone y no plagiaron) sí tienen barreras para publicar con largos tiempos de revisión y erogación económica.

Agreguemos a esto los debates sobre plagio y autores fantasmas, los procesos para otorgar becas poco transparentes y los casos de fraude, para llegar a una conclusión general:

Que la ciencia es meritocrática puede ponerse en duda con múltiples datos concretos. Si esto es un problema, entonces ¿cuál es la solución?
Una rara respuesta científica puede ser: ¡tomar una foto de la luna!
Se ha usado desde hace tiempo el concepto de "moonshot" (literalmente "foto de la luna"): se llama así a iniciativas científicas ambiciosas, generalmente a mediano plazo. Probablemente el término se use como referencia al programa espacial para llegar a la Luna como una meta específica que requiere soluciones novedosas, aunque también se aplican otras palabras para señalar cosas parecidas [11].

Sin embargo, este "moonshot" debe ser emprendido por los propios científicos en beneficio de los trabajadores en su conjunto (científicos o no). ¿A quién le conviene publicar papers "truchos"? Si algún investigador cree que le conviene en lo personal, en realidad debe saber que afecta al conjunto de los científicos y al público general. ¿Por qué se producen estas prácticas? No se trata de lidiar sólo con los síntomas, sino que primero es necesario comprender el origen, las causas, de las contradicciones sociales.

El tema suele resumirse en el famoso dicho "Publica o perece" que justifica lo injustificable. Es coherente con el "Hay que hacer lo que hay que hacer", es decir, subirse a la línea de producción mecánicamente, sin pensar en forma crítica. ¿Acaso la ciencia no es otra cosa? No, la ciencia tiene sus contradicciones. La pureza no existe más que en nuestro pensamiento.
El trabajo científico (como todo trabajo) debe pensarse como socialmente necesario. Pero no se produce porque sea útil para la sociedad, sino que se crea riqueza sólo si es un negocio, en relación a oferta y demanda. Mientras los trabajadores (de ciencia y los demás) compiten unos contra otros (incluso pisándose las cabezas), la clase dirigente (política y económica) toma sol en una playa junto al mar. De eso se trata la meritocracia: del goce de unos sobre el esfuerzo de otros. Para cambiar la realidad es necesario comprenderla científicamente.

La falta de crítica sobre las ciencias por parte de la propia comunidad científica (que se refleja en considerar "meritocrático" lo desigual) es un síntoma de que algunos tienen la cabeza en la luna.

Fuentes y enlaces relacionados
[1] Revista Veintitrés: Las ideas no se matan
http://www.veintitres.com.ar/article/details/127342/las-ideas-no-se-matan-

[2] Forbes: Democracy vs Meritocracy
http://www.forbes.com/sites/startswithabang/2016/11/10/democracy-vs-meritocracy-how-science-doesnt-care-about-your-vote/

[3] NYT: A Peek Inside the Strange World of Fake Academia
https://www.nytimes.com/2016/12/29/upshot/fake-academe-looking-much-like-the-real-thing.html

[4] El extraño mundo de las publicaciones académicas fraudulentas
https://t.co/BeMKNXSSER

[5] Escándalo Sokal
https://es.wikipedia.org/wiki/Esc%C3%A1ndalo_Sokal

[6] Richard Dawkins: Democracy or Meritocracy
https://richarddawkins.net/2012/10/democracy-or-meritocracy-which-is-the-government-of-reason/

[7] Tacconelli, Evelina et al. “Science without Meritocracy. Discrimination among European Specialists in Infectious Diseases and Clinical Microbiology: A Questionnaire Survey.” BMJ Open 2.6 (2012): e001993. PMC. Web. 1 Feb. 2017.
DOI: 10.1136/bmjopen-2012-001993.

[8] Lack of meritocracy in issuing scientific titles, por Naser Pajaziti
http://www.balkaneu.com/lack-meritocracy-issuing-scientific-titles/

[9] How should the scientific publication process be rethought to be more meritocratic?
https://www.quora.com/How-should-the-scientific-publication-process-be-rethought-to-be-more-meritocratic

[10] Let’s make peer review scientific
Drummond Rennie
Nature 535, 31–33 (07 July 2016) DOI :10.1038/535031a

[11] Moonshot
http://whatis.techtarget.com/definition/moonshot

Nature: Big science has a buzzword problem
Moonshots, road maps, frameworks and more are proliferating, but few can agree on what these names even mean.
Megan Scudellari
Nature 541, 450–453 (26 January 2017) DOI :10.1038/541450a

The meritocracy myth
Michael Hyter and Andres Tapia share insights on the gap between idea and reality with Talent Management Magazine. http://www.talentmgt-digital.com/read-tm/may_2015#pg45

Sobre las imágenes
Imagen inicial: Versión de la ilustración en How just our meritocracy?, por Lydia Lim. Crédito: ST The Straits Times

The American Dream Game cartoon, January 21, 2014. (David Horsey/LA Times).
https://donaldearlcollins.com/2015/10/25/glory-days/

Moonshot
http://www.gdtm.org/blog/16354?ckattempt=1

Journals weigh up double-blind peer review
Nature DOI: 10.1038/nature.2014.15564

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