Composición de imagen de Spitzer y Chandra en rayos-X e infrarojo.Crédito: X-ray: NASA/SAO/CXC; Infrared: NASA/JPL-Caltech/A. Tappe & J. Rho
Ahora se ha descubierto que las moléculas orgánicas que, se piensa, estaban entre los bloques de construcción de la vida, llamadas o PAHs, pueden sobrevivir otro tipo de ambiente muy complicado, las explosiones de supernovas.
Dr. Achim Tappe del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, usó el espectógrafo infrarojo a bordo del Telescopio Espacial Spitzer de NASA para detectar la cantidad de abundancia de PAHs en la remanente de supernova N132D,localizada a 163 mil años luz en la Gran Nube de Magallanes.
"El hecho de que podamos ver PAHs sobreviviendo esta explosión ilustra su resistencia", dijo Tappe.
Estas intrigantes moléculas están comprendidas de átomos de carbono e hidrógeno y se han encontrado en cometas, alrededor de regiones formadoras de estrellas y discos de formación planetaria. Como toda la vida en la Tierra está basada en el carbono, los astrónomos sospechan que algo del carbono original del planeta podría haber venido de estas moléculas -posiblemente de cometas que hayan colisionado con la joven Tierra.
Los astrónomos dicen que hay alguna evidencia de que una estrella masiva explotó cerca de nuestro sistema solar lo que comenzó su formación hace unos 5 mil millones de años. Los PAHs que podrían haber sobrevivido esa explosión podrían haber ayudado a sembrar la vida en nuestro planeta.
El paper de Tappe fue publicado en diciembre en Astrophysical Journal.
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