El brillo promedio de las explosiones estelares que los astrónomos confían para medir la energía oscura -la misteriosa fuerza que sería causante de la aceleración de la expansión del universo- habrían cambiado a través del tiempo, según reporta un nuevo estudio.
SN 1994D, una supernova Ia en la galaxia NGC 4526
Los autores dicen que las incertidumbres en la medición del brillo podría derivar las futuras mediciones de la energía oscura en maneras impredecibles.
Para medir la expansión del universo y discernir los efectos de la energía oscura, los científicos confían en las explosiones llamadas Supernovas de tipo Ia, que se piensa que son los signos de las muertes de las estrellas enanas blancas.
Estas explosiones pueden variar en brillo, pero el brillo está relacionado con cuánto duran. Esto significa que los astrónomos pueden teóricamente distinguir entre estallidos que son brillantes pero distantes de aquellos que son débiles pero cercanos, permitiéndoles usarlas como guías estándar cuyo brillo puede ser usado para estimar distancias astronómicas.
Pero incluso sabiendo que el brillo de estas supernova puede variar, los astrónomos asumen que la tasa general de estos estallidos permanecen constantes a lo largo de la historia del universo. Ahora, un nuevo estudio liderado por Andrew Howell de la Universidad de Toronto sugiere que las explosiones en el universo temprano eran más brillantes en promedio que las que ocurren actualmente, generando dudas en su uso para medir distancias.
El equipo estudió datos del Supernova Legacy Survey y el Higher z Supernova Search. Encontraron que las supernovas más brillantes -que duran más que las difusasa- eran más comunes en el pasado del universo que en la actualidad, un descubrimiento que podría sostener la hipótesis de que existen múltiples formas de crear las explosiones.
Los investigadores calcularon que las supernovas eran, en promedio, 12% más brillantes hace 8 mil millones de años, que lo que son ahora.
El efecto no es grando para cuestionar la existencia de la energía oscura. Pero sugiere que las correcciones que han sido usadas en el pasado para calcular el brillo intríseco de las supernovas de su duración podría limitar la precisión de futuros estudios.
Eso podría entorpecer seriamente el entendimiento cosmológico de la energía oscura, dado que las observaciones de gran precisión son necesarias para averigüar si la fuerza de la energía oscura ha cambiado en el tiempo, clave para determinar si es una propiedad constante del espacio mismo o un campo de energía variable.
Adam Riess del Instituto del Telescopio Espacial, que lideró uno de los dos equipos que descubrió independientemente la energía oscura en 1998 usando supernovas, dice que el cambio en el promedio del brillo de supernovas puede afectar las mediciones de energía oscura. Pero sólo si las correcciones que ya se usan no son correctas. Y agrega que, con suficientes supernovas, uno puede hacer cálculos separados usando las brillas o las difusas. Si los resultados concuerdan, sería seguro concluir que las correcciones están trabajando apropiadamente.
Métodos alternativos de medición de la energía oscura -como la observación a gran escala de la distribución de las galaxias en el espacio- podrían proveer un test independiente de los estudios de supernova.
La causa de que en el pasado hubiera más supernovas tipo Ia permanece en misterio. Pero una pista proviene de las observaciones mostrando que las brillantes parecen ocurrir más frecuentemente cuando las estrellas se forman a una tasa alta, y la tasa de nacimientos estelares era alta en el universo temprano.
Fuentes y links relacionados
Nota en NewScientist
Paper:The Astrophysical Journal Letters (vol 667, p 37)
SN 1994D, una supernova Ia en la galaxia NGC 4526
Los autores dicen que las incertidumbres en la medición del brillo podría derivar las futuras mediciones de la energía oscura en maneras impredecibles.
Para medir la expansión del universo y discernir los efectos de la energía oscura, los científicos confían en las explosiones llamadas Supernovas de tipo Ia, que se piensa que son los signos de las muertes de las estrellas enanas blancas.
Estas explosiones pueden variar en brillo, pero el brillo está relacionado con cuánto duran. Esto significa que los astrónomos pueden teóricamente distinguir entre estallidos que son brillantes pero distantes de aquellos que son débiles pero cercanos, permitiéndoles usarlas como guías estándar cuyo brillo puede ser usado para estimar distancias astronómicas.
Pero incluso sabiendo que el brillo de estas supernova puede variar, los astrónomos asumen que la tasa general de estos estallidos permanecen constantes a lo largo de la historia del universo. Ahora, un nuevo estudio liderado por Andrew Howell de la Universidad de Toronto sugiere que las explosiones en el universo temprano eran más brillantes en promedio que las que ocurren actualmente, generando dudas en su uso para medir distancias.
El equipo estudió datos del Supernova Legacy Survey y el Higher z Supernova Search. Encontraron que las supernovas más brillantes -que duran más que las difusasa- eran más comunes en el pasado del universo que en la actualidad, un descubrimiento que podría sostener la hipótesis de que existen múltiples formas de crear las explosiones.
Los investigadores calcularon que las supernovas eran, en promedio, 12% más brillantes hace 8 mil millones de años, que lo que son ahora.
El efecto no es grando para cuestionar la existencia de la energía oscura. Pero sugiere que las correcciones que han sido usadas en el pasado para calcular el brillo intríseco de las supernovas de su duración podría limitar la precisión de futuros estudios.
Eso podría entorpecer seriamente el entendimiento cosmológico de la energía oscura, dado que las observaciones de gran precisión son necesarias para averigüar si la fuerza de la energía oscura ha cambiado en el tiempo, clave para determinar si es una propiedad constante del espacio mismo o un campo de energía variable.
Adam Riess del Instituto del Telescopio Espacial, que lideró uno de los dos equipos que descubrió independientemente la energía oscura en 1998 usando supernovas, dice que el cambio en el promedio del brillo de supernovas puede afectar las mediciones de energía oscura. Pero sólo si las correcciones que ya se usan no son correctas. Y agrega que, con suficientes supernovas, uno puede hacer cálculos separados usando las brillas o las difusas. Si los resultados concuerdan, sería seguro concluir que las correcciones están trabajando apropiadamente.
Métodos alternativos de medición de la energía oscura -como la observación a gran escala de la distribución de las galaxias en el espacio- podrían proveer un test independiente de los estudios de supernova.
La causa de que en el pasado hubiera más supernovas tipo Ia permanece en misterio. Pero una pista proviene de las observaciones mostrando que las brillantes parecen ocurrir más frecuentemente cuando las estrellas se forman a una tasa alta, y la tasa de nacimientos estelares era alta en el universo temprano.
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