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Un museo en Canadá está exhibiendo soluciones prácticas y simples a una variedad de problemas. Uno de los ítems son luces para alumbrado público sensibles a la luz de la Luna.
Se las denomina "Lunar Resonant Street Light", y son producto de un grupo de diseñadores llamados "Crepúsculo Civil" ("Civil Twilight"), que es un término utilizado en astronomía (Ver definición de Crepúsculo) definido como el período desde la mañana hasta que su altura es 6 grados por debajo del horizonte. Este es el límite en el cual la iluminación por luz natural es suficiente. El grupo está conformado por tres personas (Kate Lydon, Christina Seely y Anton Willis) dedicados al diseño gráfico, arte y arquitectura.
Según indican en el sitio web Civil Twilight Collective, las luces de calle Lunar-resonant responden a la luz de la luna del ambiente, apagándose y encendiéndose de acuerdo al ciclo lunar. La idea es utilizar la luz de la Luna, en vez de "aplastarla" con el alumbrado público, y de esa forma mitigar la contaminación lumínica, no desperdiciar energía y facilitando la experiencia urbana de uno de los más bellos ciclos de la naturaleza.
Celdas fotosensibles detectan los niveles de luz ambiental y ajustan la iluminación electrónicamente. Se utilizan grupos de LEDs de alta eficiencia, en vez de las lámparas de sodio. La respuesta ocurre no sólo ante los ciclos lunares, sino también a las condiciones atmosféricas.
La bella idea implica facilitar una nueva conexión experimental con la naturaleza en los centros urbanos, convirtiendo a las ciudades en redes sincronizadas con el cielo.
De implementarse a escala global, tendríamos efectivamente una red de luces públicas iluminándose y apagándose en diferentes regiones del planeta, en una danza de luces y sombras lunares. Perdónenme, pero pienso que la idea, además de ser innovadora y eficiente es sumamente poética.
La idea de que el cielo, particularmente de noche, es un patrimonio cultural que debemos cuidar viene propagándose en los últimos años, como consecuencia del desgraciado descuido sobre el tema. Por otra parte, sabemos que los recursos naturales provenientes de fuentes de energía no renovable son justamente eso, no se renuevan y debemos cuidarlos y utilizarlos de la manera más eficiente posible.
Aquí ya hemos comentado varias veces sobre el tema y hemos difundido la existencia del documental "Apagón" al respecto.
El Departamento de Astronomía de la Universidad Cornell posee una página (en inglés) sobre el tema, en el que nos advierten de otro inconveniente producido por la contaminación lumínica.
Usualmente los astrónomos quieren tomar el espectro de luz de un objeto, separando la luz que llega al telescopio en sus componentes de colores. Al tomar un espectro de objetos como las galaxias, se ve que el mismo no es parejo, sino que contiene un número de líneas. Cada línea es un indicador único de la presencia de ciertos elementos químicos. Al estudiar esas líneas, los astrónomos pueden inferir la composición química y temperaturas de los objetos que observan. Además, si los objetos se acercan o alejan de nosotros, notarán un corrimiento de esas líneas. Un corrimiento al rojo, si los objetos se alejan, y hacia el azul, si se acercan, pudiendo establecer la velocidad de movimiento de los objetos. La espectrocopía es una de las herramientas más útiles con que cuenta la astronomía.
Desafortunadamente, las luces de las ciudades hacen estragos con los resultados. Veamos la siguiente imagen:
Se trata del espectro de una galaxia en la constelación Hércules, tomada con el telescopio de 200 pulgadas en Palomar. Los colores más rojos están a la izquierda y los más azules a la derecha. La línea horizontal brillante en el medio es luz de la galaxia que observaron esa noche. Las brillantes líneas verticales que vemos no son de la galaxia: son líneas de las lámparas de mercurio en San Diego. Las líneas de la galaxia son difíciles de encontrar porque se pierden en las líneas brillantes de la ciudad.
Las lámparas de mercurio tienen un gran número de estas líneas espectrales en todas partes del espectro e interfieren con las observaciones astronómicas, desde el infrarrojo al ultravioleta. Por eso, son un poco mejores las lámparas de sodio que tienen sólo dos líneas en todo el espectro óptico. Por desgracia, no hay un tipo de lente corrector que puedan usar para filtrar esta polución lumínica. Cualquier filtro que usen quitaría la luz indeseable pero también la luz que quieren ver, por lo que el cambio debe producirse en las ciudades y los esfuerzos voluntarios de los ciudadanos.
En este contexto, la idea de las lámparas Lunar-resonant, es otro aporte más para reducir la contaminación lumínica, utilizar la energía más eficientemente, unir la desenfrenada aventura humana a un ciclo de la naturaleza, y no al revés, como nos venimos acostumbrando.
Fuentes y links relacionados
- LUNAR-RESONANT STREET LIGHTS
- Civil Twilight Collective
- Mapeo nacional de la contaminación lumínica
- Universidad de Cornell: How does light pollution affect astronomers?
- Blog: Luchemos contra la contaminación lumínica
Sobre las imágenes
- Imágenes pertenecientes a Civil Twilight
- Imagen de espectro de galaxia: Univ. de Cornell
Astronomía en Blogalaxia-Contaminación Lumínica-Ciencia en Bitácoras.com
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