T.E.L: 10 min. 18 seg.
Lo señala la Dra. en astronomía Beatriz García con quien conversé sobre el ITeDA, los proyectos que están llevando a cabo allí, en particular AMIGA y la antena de espacio profundo de la ESA en construcción que permitirá a los astrónomos argentinos un 10% del tiempo para realizar investigación. También hablamos del proyecto NASE.
-¿Qué es el ITeDA?
-La sigla significa Instituto de Tecnología y Detección de Astropartículas. Su vida se inició a fines de 2009. Es un instituto que nació por convenio entre tres instituciones: la Comisión de Energía Atómica (CNEA), el CONICET y la Universidad de San Martín. Su sede central está en Buenos Aires, en la sede de la CNEA en el Centro atómico Constituyentes y cuenta con una subsede en Mendoza, donde está nuestro grupo.
-¿Y está relacionado con el proyecto Pierre Auger?
-El nacimiento del instituto es consecuencia de trabajar en el Observatorio Pierre Auger. Además de estar vinculado con Auger desde sus inicios -muchos de nosotros formamos parte del Proyecto Auger desde 1996, y el Dr. Alberto Etchegoyen, Director de ITeDA, desde el 95- nace principalmente porque el grupo que lo conforma comenzó a desarrollar otros proyectos, probablemente el más importante, el que dio realmente nacimiento al instituto, es el proyecto AMIGA, otra sigla que significa Auger Muon and Infill for the Ground Array, que quiere decir Contadores de Muones para el Arreglo de Superficie del Observatorio Pierre Auger. Este proyecto está vinculado con el diseño de detectores, los contadores de muones, que están destinados a contar este tipo de partículas que acompañan a otras en las lluvias de partículas secundarias originada por el rayo cósmico primario. El proyecto AMIGA [1], cuando funcione a pleno, cuando esté completamente instalado, nos va a permitir contar los muones. Si podemos contarlos vamos a poder saber la masa del rayo cósmico primario. Por eso el proyecto es muy importante, no existe otra manera de discriminar claramente el número de muones en la cascada de partículas secundarias. Estos contadores, se están diseñando y construyendo en un 80% en la Argentina. Participan del proyecto otros países, como Alemania, pero la idea original fue concebida en nuestro país, por eso nos enorgullece mucho y tendrá una enorme importancia para el estudio de los rayos cósmicos. Como consecuencia de la necesidad de concretar este proyecto en Argentina, se instalaron laboratorios especiales para el desarrollo en ingeniería electrónica, comunicaciones, la construcción de los detectores -centelladores- que son bastante raros y enormes, tienen 9 metros de largo por 1,4 metros de ancho, están constituidos por varillas de plástico dopado con flúor y cuando pasan los muones interactúan con la sustancia y producen luz. La luz es colectada por fibras ópticas que están ubicadas en el centro de las varillas y que llegan a un tubo fotomultiplicador pequeño de 2,5 cm x 2,5 cm en el cual convergen 64 fibras. De manera que a ese tubo llega la información de los muones que los atraviesan. Los muones son partículas muy pesadas, tienen 204 veces más masa que el electrón, atraviesan casi todo, nuestro cuerpo y la Tierra. Para eliminar las otras partículas que hay en la lluvia, los centelladores están enterrados a 2,5 metros de profundidad. Como puede verse, es un desarrollo bastante interesante, un desafío para nosotros y el Instituto nace en torno a este proyecto principalmente.
-¿Qué similitudes y diferencias hay entre lo que hace AMIGA y Auger?
-Pierre Auger utiliza dos tipos de detectores que analizan la lluvia de partículas secundarias en su conjunto. Los detectores de superficie, que son tanques llenos de agua hiper-pura, que detectan el paso de la lluvia de partículas secundaria. Al atravesar los tanques, las partículas producen ciertos efectos.El otro tipo de detector es del fluorescencia, que detecta la interacción de la lluvia secundaria con el nitrógeno atmosférico. Esa interacción produce luz de fluorescencia.
En el agua, los muones se mueven muy rápido, más rápido que la luz en el agua y generan un tipo de radiación llamada Cerenkov, se genera una luz en el ultravioleta muy tenue. Con los detectores de superficie vos podés saber que tenés un evento de ultra-elevada energía cuando varios tanques detectan el mismo evento, pues la lluvia se abre como el agua en una ducha, en una especie de cono y podés reconstruir la dirección y la energía del evento. Con los detectores de fluorescencia se puede reconstruir la dirección. Al tener dos sistemas de detectores, el Observatorio no sólo es el más grande del mundo, sino el único que utiliza una técnica híbrida de detección.
Con los centelladores de AMIGA se podrá contar los muones y se podrá responder, probablemente, a la tercera pregunta. Porque hay tres preguntas asociadas con los rayos cósmicos: ¿De dónde vienen, es decir cuál es el objeto que los produce? ¿Por qué llegan con tan alta energía? y ¿Cuál es la masa de las partículas? Bueno, si podemos contar los muones vamos a poder contestar a esta última pregunta.
-¿Hay alguna idea de que podrían venir del centro de galaxias lejanas, pero no está del todo claro eso?
-Hay rayos cósmicos que son de origen galáctico, provienen probablemente del centro de nuestra propia galaxia. Pero hay componentes extragalácticos y algunos eventos tienen una dirección de arribo que parecen coincidir con posiciones en las que se encuentran galaxias con núcleos activos. Hacía bastante tiempo que se habían propuesto a estas galaxias como productoras de rayos cósmicos ultraenergéticos. De manera que encontrar una correlación con ellas es un gran descubrimiento de Pierre Auger, pero está lejos de explicar la producción de todos los rayos cósmicos.
-Recién mencionaba la radiación Cerenkov. Hay un proyecto internacional de telescopios Cerenkov que podrían instalarse en Argentina.
-En ese proyecto también está involucrado ITeDA y se llama CTA, por Cerenkov Telescope Array o Arreglo de Telescopios Cerenkov. [1] Ese proyecto tiene por fin detectar radiación gamma. Llega radiación gamma a la atmósfera y al interactuar con ésta produce radiación Cerenkov, los telescopios la detectan, es una manera indirecta de observar en la región gama del espectro. Es un proyecto bastante impresionante que representaría instalar unos 100 telescopios de distinto diámetro, hasta 30 metros de diámetro, en un espacio de 10 km2. Argentina está proponiendo un par de sitios para instalar este proyecto. Estamos compitiendo en el Hemisferio Sur con Namibia que es un país de África que ya tiene telescopios de este tipo, en el proyecto HESS.
El concurso internacional es muy difícil porque hay que mostrar las bondades del sitio, la calidad del cielo, la infraestructura, es mucho lo que hay que hacer. Nosotros estamos ahora en el período de proponer los sitios. En el caso del Observatorio Pierre Auger, instalado aquí, también fuimos a una selección de sitio y competimos para que viniera a la Argentina con Sudáfrica y con Australia. Se decidió que se instalara aquí por muchos motivos, como la calidad del lugar, el recurso humano, el apoyo del país económico, el compromiso político, hay muchas cosas que influyen.
-Evidentemente algunos recursos importantes, como los humanos e infraestructura hay para que la Agencia Espacial Europea decida instalar aquí una Antena de Espacio Profundo (DSA). ¿O fue por otras razones?
-No, es eso. La demostración de lo que sucedió con Pierre Auger es lo que hace que mucha gente mire a la Argentina como un posible destino para instalar proyectos científicos. Pierre Auger es un logro impresionante de la ciencia y la tecnología de nuestro país. Es algo que poca gente conoce, pero que desde el punto de vista científico-tecnológico es absolutamente impresionante. Hay que pensar que este observatorio es único en el mundo. Hay 1.600 detectores de superficie instalados, 4 edificios de Fluorescencia que albergan 6 telescopios cada uno, es decir que hay 24 telescopios de fluorescencia, todo eso en 3000 km2, cerca de 500 científicos de 17 países trabajando en la colaboración internacional. Es impresionante y se pudo hacer en Argentina salvando todos los obstáculos que se nos pueden ocurrir. En el medio de la construcción del observatorio, nos encontramos en el año 2001 y la construcción no se detuvo nunca. Para el exterior eso también fue notable, porque todo el mundo pensaba que se iba a detener la obra, por ejemplo, a raíz de la crisis tremenda en nuestro país. Sin embargo seguimos adelante, las cosas se hicieron, se terminó en tiempo y forma. Cierto es que había apoyo de otros países, pero también es real que el que estaba en crisis era todo un país. El grupo argentino se encargó de que las cosas siguieran adelante y se logró. Por eso muchos otros megaproyectos están mirando a la Argentina como candidata.
En el caso de la DSA 3 de la Agencia Espacial Europea [1], que ya tiene otras antenas dos instaladas, una en Australia y otra en España, la elección de Argentina está un poco vinculada con Pierre Auger, porque contactaron con nosotros, a pesar de que este proyecto no lo lleva adelante la CNEA o el CONICET, sino la CONAE. Nuestro aporte inicial se relacionó con la búsqueda de sitios para la instalación de instrumental astronómico, un tema en el que nos estamos especializando. Fue una búsqueda completamente objetiva, aunque deseábamos que viniera a la Argentina; competíamos con Chile, pero para la instalación de Malargüe primó bastante la existencia de otro proyecto científico y la experiencia del gobierno local en esa ciudad con el Pierre Auger. La presentación que hizo la municipalidad de Malargüe fue excelente.
El hecho que cerca de la antena y sus instalaciones asociadas esté el Observatorio, da cierta tranquilidad en cuanto a la existencia de recursos humanos, necesarios para el mantenimiento, es cierto que ESA se ocupa de eso, pero es bueno saber que hay gente cerca que puede participar y colaborar con el trabajo.
-¿Y Argentina contará con un 10% del tiempo para hacer investigación propia?
-Así es. Como nosotros no estamos invirtiendo dinero en la antena misma, eso viene todo hecho, el ser país huésped asegura tiempo de observación. Ésa es la moneda de cambio.
La antena es en realidad un radiotelescopio: trabaja con fotones de muy baja energía, en la región del radio, muy lejos de lo que hace Auger, pero de todas formas, ITeDA es un instituto que desarrolla tecnología asociada con astrofísica y presentó un proyecto muy interesante para el uso del 10% del tiempo con el que contamos, sobre todo de interés para los radioastrónomos.
-Hay una propuesta de potencial uso de esta antena, presentada en la última reunión de la AAAA por Paula Benaglia y otros [2]para uso de radioastronomía en diferentes temas: fuentes de rayos gamma, la radiogalaxia Centaurus A, núcleos galácticos, etc. Se puede hacer bastante con la antena.
-Sí, para nosotros es muy interesante tener acceso a la DSA 3 porque como vos dijiste, a pesar de trabajar en baja energía, los fenómenos tales como galaxias con núcleos activos, producen también radiación en la zona de radio. Entonces si conseguimos traer a la Argentina CTA, que estudia radiación gamma, y tenemos la DSA 3, podemos estudiar en los dos extremos del espectro electromagnético los mismos fenómenos, como GRB, agujeros negros, nubes moleculares, entre otros y sería una oportunidad única para el país de hacer astrofísica multi-longitud de onda que es una línea de investigación de punta.
-Sólo faltaría infrarrojo en Argentina.
-Estamos organizando para el año que viene un workshop en conjunto con COSPAR que es el comité para la educación de la ESA, asociado con la obtención de datos, análisis e interpretación, y de datos satelitales en infrarrojo justamente, el Spitzer y el Herschel. Y organizamos este workshop porque ambos satélites están produciendo una cantidad de datos que nadie da a basto para analizar y están allí, disponibles para quienes tengan una buena propuesta. Organizamos este workshop en esa región de radiación electromagnética porque podríamos usar las observaciones de esos dos satélites y de esta manera tendríamos instrumentos que trabajan en gamma, radio, y acceso a datos en infrarrojo con lo cual el espectro de investigación en Argentina sería tremendo, el crecimiento sería exponencial y las líneas de trabajo se multiplicarían de manera muy atractiva.
-Es interesante que se aborde el problema del diluvio de datos astronómicos que hay actualmente para aprovecharlos.
-Hay una cantidad de datos que están produciendo los satélites y nuevas técnicas de observación que superan en muchos órdenes de magnitud lo que puede hacer un ser humano en toda su vida. De manera que necesitamos más gente, más estudiantes, estos temas que son de punta, investigación de primer nivel. En el pasado, los alumnos que se querían dedicar a esto se tenían que ir al exterior, ahora aspiramos a poder desarrollarlos en el país. Y esperamos entusiasmar a muchos más alumnos porque para la Argentina se está abriendo un panorama muy alentador.
-Para que haya alumnos tiene que haber maestros. Eso me lleva a preguntarle por un proyecto en el que usted participa, vinculado con la educación: el NASE.
-Nosotros además de hacer investigación trabajamos bastante con la educación. NASE es un programa de la Unión Astronómica Internacional (UAI). Es otra sigla que significa Network for Astronomy School Education [3] y pretende formar a docentes secundarios para que se animen a dar clases de astronomía. El NASE es un programa que es pura práctica, tiene una modalidad de taller y las herramientas que uno les facilita a los docentes están relacionadas con la didáctica. Los talleres se inician con una breve introducción teórica a cada tema, pero la actividad está basada fundamentalmente en el hacer. Pura didáctica de la astronomía en temas que van desde la astronomía clásica, de posición, de cómo funcionan los relojes solares, cómo construirlos, cómo leer una carta celeste, hasta cómo explico la expansión y evolución del universo a jóvenes de los primeros años de secundaria. Los cursos son súper intensivos, duran 4 días, se pasea por muchos temas de la astronomía. Se han dado cursos en varios países de Latinoamérica, en África y en Europa. Y en estos días se inicia un curso en Santa Fe, donde ya lo hicimos en tres oportunidades: en Rosario, en Cañada de Gómez, en Rafaela y mañana [por el martes] empieza el último curso en Santa Fe en Reconquista. Los cursos son tales que la UAI firmó un convenio con los ministerios de educación y de ciencia de cada país en donde se desarrolla el curso, para asegurar calidad. Aquí en Argentina se firmó con el CONICET y el Ministerio de Educación de Santa Fe porque ellos tienen que organizar a los docentes, brindar el puntaje, etc, pero esperamos propagarlo por más lugares del país. En América se dictaron los cursos en Nicaragua, Colombia, Perú, Honduras, Ecuador, Panamá, Paraguay y Argentina - yo peleé para que se hiciera aquí- pero está apuntado principalmente a los países que tienen dificultades en la enseñanza de la astronomía. En nuestro país, si bien no se da demasiada astronomía, los docentes no tienen tantas dificultades.
-Al finalizar ustedes hacen una encuesta para evaluar a los docentes. Hasta ahora las conclusiones parecen ser bastante buenas.
-Son buenísimas, sí. Tenemos una página accesible para todo el mundo donde figura el curso, los resultados de la evaluación y, sí, todos se van muy contentos. Lo que más apreciamos del curso es que los docentes salen y al otro día están aplicando algo de lo que aprendieron en su propia clase. Ese es el objetivo del curso, que el docente no se quede con la capacitación en el cuaderno de notas, sino que lleve lo que aprendió a la clase y lo transmita a los alumnos. Eso está sucediendo en todos lados.
Perfil
La Dra. Beatriz García obtuvo su licenciatura en Astronomía en la UNLP en 1982 y se doctoró allí también en 1988. Dirige el Laboratorio Pierre Auger de la UTN Mendoza e investigadora independiente de CONICET. Es miembro de varias comisiones de la IAU, vice presidente del programa NASE de la comisión 46, docente universitaria y de secundaria. Ha dirigido varias tesis de licenciatura, maestría y doctorado y es autora de más de cien artículos de investigación y educación de la astronomía, así como de varios libros como "Ladrones de estrellas". Es además creadora del Planetario para ciegos y produjo varios videos relacionados con la astronomía como "Voces del universo" sobre el Observatorio Pierre Auger.
La Dra. Beatriz García obtuvo su licenciatura en Astronomía en la UNLP en 1982 y se doctoró allí también en 1988. Dirige el Laboratorio Pierre Auger de la UTN Mendoza e investigadora independiente de CONICET. Es miembro de varias comisiones de la IAU, vice presidente del programa NASE de la comisión 46, docente universitaria y de secundaria. Ha dirigido varias tesis de licenciatura, maestría y doctorado y es autora de más de cien artículos de investigación y educación de la astronomía, así como de varios libros como "Ladrones de estrellas". Es además creadora del Planetario para ciegos y produjo varios videos relacionados con la astronomía como "Voces del universo" sobre el Observatorio Pierre Auger.
Fuentes y links relacionados
- ITeDA. En la sección proyectos de esa página hay información sobre los mencionados en esta nota, CTA, DSA 3 y AMIGA.
- Observatorio Pierre Auger
- ESTRACK Malargüe webcam
Cámara web que posibilita seguir la construcción de la DSA 3. - The antenna DSA 3 and its potential use for Radio Astronomy
P. Benaglia, N. Casco, S. Cichowolski, A. Cillis, B. Garcia, D. Ravignani, E. Reynoso, G. de la Vega
arXiv:1110.6422v1 [astro-ph.IM] - Cursos NASE
Sobre las imágenes
- La imagen inicial fue obtenida con la ESTRACK Malargüe webcam y corresponde al 01/11/2011 20:05:28 UTC. La fotografía de la Dra. García es del Laboratorio Auger - UTN.
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