SOS Ciencia

T.E.L: 5 min.

Reclamos de los trabajadores de la ciencia por un mayor presupuesto.

Los científicos de CONICET se movilizaron el jueves hasta el Congreso para realizar una serie de pedidos centrados en el tratamiento de la Ley de financiamiento. En la plaza del Congreso se realizó una feria de ciencia y en el anexo de Diputados expusieron algunos referentes sobre la situación económica de la ciencia.

La convocatoria a través de redes sociales usó el hashtag #SOSciencia para sintetizar la actualidad de un sector cuyo presupuesto viene en disminución en los últimos años, del 1,53% en 2016 al 1,27% este año.

Los reclamos incluyen la incorporación de becarios que quedaron afuera, así como la situación de los institutos de investigación, cuyos presupuestos son insuficientes considerando los aumentos de servicios públicos vigentes.

Según publicó Clarín, "El Consejo está al borde de la parálisis. Por eso decidimos marchar y enviarle una carta a los legisladores que fue firmada por el 90 por ciento de todos los directores de institutos del Conicet, algo inédito porque nunca pasó en la historia que se unieran todos en el mismo reclamo. Es grave lo que ocurre", contó Andrea Gamarnik Directora del Laboratorio de Virología Molecular y Directora del Instituto Leloir.

LA CIENCIA, LA VERDAD Y LA POLÍTICA
Como en Argentina estamos atravesados por una grieta política-partidaria, parece que todo pasa por defender o atacar al gobierno de turno (el actual o el anterior), lo que implica dejar de lado lo más importante: si lo que se enuncia es cierto o no.
O bien es cierto que el presupuesto de ciencias está disminuyendo o no lo es. Y si lo es, entonces hay que pensar en qué medida un país puede progresar sin desarrollo científico-técnico.

Hay una idea muy simple que por ser tal no deja de ser cierta: no haría falta "política" si los recursos económicos fueran infinitos. Por tanto, la política implica decidir y priorizar en qué se usan los recursos existentes, así como el diseño y ejecución de acciones que incrementen los ingresos.
Las "ciencias en sí" pueden ser consideradas políticamente neutras, en tanto los métodos y técnicas para investigar algo de la naturaleza o la sociedad deben ser objetivos en el intento de comprender cómo es la realidad. Pero no hay ciencia sin recursos económicos, además del hecho de que hacer ciencia es trabajar. Y allí es donde aparece la política en la ciencia.
Hay quienes consideran que sólo las ciencias que "son negocios" deben ser financiadas por el Estado. Cabría preguntarse si eso fuera así, entonces, ¿no debería aplicarse también a los cultos, cuyas finalidades prácticas son nulas?

En 1925, León Trotsy en un Congreso sobre Mendeleyev, decía de él:

Nunca se cansaba de repetir que la meta del conocimiento era la “utilidad”. En otras palabras, abordaba la ciencia desde la óptica del utilitarismo. Al tiempo, como sabemos, insistía en el papel creador de la búsqueda desinteresada del conocimiento. ¿Por qué se iba a interesar alguien en particular en abrir rutas comerciales por vías indirectas para llegar al Polo? Porque alcanzar el Polo es un problema de investigación desinteresada capaz de excitar pasiones deportivas de investigación científica. ¿No hay aquí una contradicción entre esto y la afirmación de que el objetivo de la ciencia es la “utilidad”? En modo alguno. La ciencia cumple una función social, no individual. Desde el punto de vista histórico social es utilitaria. Lo cual no significa que cada científico aborde los problemas de investigación desde una óptica utilitaria. ¡No! La mayoría de las veces los estudiosos están impulsados por su pasión de conocer, y cuanto más significativo sea el descubrimiento de un hombre, menos puede prever con antelación, por regla general, sus aplicaciones prácticas posibles.

(Las negritas son mías).

¿Se podía saber con antelación cuáles serían los efectos prácticos, utilitarios, de la aplicación de la tabla periódica de los elementos? No. De allí que no se puede financiar sólo "lo que es negocio". Nadie hubiera invertido un centavo en internet en sus orígenes, cuando su "negocio" no era evidente. ¿Cuál era el negocio de la Teoría General de la Relatividad o cuál era el negocio de poner hombres en la Luna?
Hoy podríamos tratar de responder esas preguntas, encontrando "negocios" posibles, pero en su momento, quienes llevaron adelante esos progresos teóricos, no los vieron ni los necesitaron, porque su motivación no era utilitaria. Del mismo modo, ¿habría que dejar de correr los 100 metros llanos que no produce ningún negocio? Esto último, sin embargo, no impidió que se hicieran los JJ.OO.

La utilidad, sin embargo, es importante. Pero es producto, consecuencia, de la ciencia básica.

Hace un tiempo, cuando también se discutió la política científica, hubo quienes se mofaron de los científicos que realizan cierto tipo de investigaciones sociales, sintetizadas en "investigar a Patoruzú" (o a Anteojito, ver abajo). Disney no diría lo mismo.
Esto no desconoce que, como develó el "Escándalo Sokal" sí hay investigación científica que parece serlo, pero no lo es.
Como en cualquier otra actividad, hay mejores y peores.
Estudiar las formas en que las personas nos comunicamos es importante, al margen de los "negocios" que se puedan hacer al respecto con tales investigaciones. Es tan importante como saber las órbitas de los planetas, ya que el objetivo general es el mismo: comprender mejor la realidad. Y no cabe duda alguna que entender-nos, es decir, comprender mejor por qué las personas hacemos lo que hacemos es importante. Finalmente, habrá un uso práctico de tales investigaciones, como lo demuestran los "estudios de imagen" que hacen las consultoras en sociología para los partidos políticos y dirigentes que se presentan a elecciones. El actual uso de redes sociales por parte de la clase política es una consecuencia práctica de tales investigaciones en comunicación social.

SER MODERNOS
¿Qué es la modernidad? La modernidad es un proyecto, basado en el desarrollo económico industrial y el desarrollo del pensamiento científico-técnico; en contraposición, lo viejo, lo anterior, era la manufactura artesanal y el pensamiento metafísico. Eso es lo que intentan los mejores países en la sociedad global contemporánea. La pregunta es cómo se inserta nuestro país en ese contexto. El dilema recurrente es entre ser cabeza de ratón o cola de león. Al menos en la región, Argentina ha sido líder en el desarrollo científico. Pero hay grandes "cerebros" que tuvieron que emigrar por no encontrar aquí trabajo y recursos suficientes.
Las universidades también estuvieron reclamando estos días. Sólo con una sólida formación académica y con recursos suficientes habrá más "Mendeleyevs" cuyas investigaciones sean financiadas por un Estado (no sólo un gobierno) que entienda que el beneficio utilitario surgirá, pero primero es vital obtener conocimiento de base. Las empresas privadas, en general, sólo financian el negocio, cuando la ciencia ya está hecha.

PD: Mi mamá está internada hace 15 días por una muy grave situación de salud, en un hospital público. A pesar de que nadie me regala nada, porque trabajo todos los días, mis ingresos son insuficientes para llevar a mi mamá a una clínica privada. Sin hospitales públicos no hay Estado ni democracia. Y para que eso funcione, los médicos tienen que tener conocimiento de base surgido de la investigación.

Fuentes y enlaces relacionados