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2/3/19 - DJ:

La inversión de la Paradoja de Olbers

T.E.L: 4 min.

¿Por qué el cielo nocturno no es tan oscuro?



El astrónomo Heinrich Olbers se planteó por qué la noche es oscura a principios del Siglo XIX. Olbers asumía que el universo era infinito, tenía infinitas estrellas y era estático. Por tanto, nos tendría que llegar infinita luz, pero la noche es oscura. ¿Cómo entenderlo?
En un post anterior a este, comenté sobre el tamaño relativo del universo observable. Lo que está fuera de esa frontera es luz que no puede llegar a nosotros. El universo se expande y la luz de objetos distantes que sí llega, lo hace en longitudes largas que tienen temperatura, pero no son visibles, como las ondas de radio. Además, probablemente el universo no es infinito. Si algo nació siendo infinito, siempre lo será. Pero si algo surgió siendo finito, nunca será infinito, aunque se expanda infinitamente, porque infinito significa "que no tiene final". Algunos físicos teóricos, sin embargo, postulan que el universo sí podría ser infinito si tuviera cierto tipo de geometría.

Si esta es la forma actual de responder a la Paradoja de Olbers, ahora tenemos una nueva paradoja: ¿Por qué la noche NO es tan oscura?
La pregunta es comparativa: en ciertos lugares, el cielo nocturno es más oscuro que en otros; además en otras épocas la noche era más oscura que en la actualidad.
La respuesta es el avance humano. Desde hace algunos siglos tenemos electricidad gracias a la cual podemos iluminar artificialmente y trabajar de noche, realizar espectáculos nocturnos, carteles, alumbrado público. Y tenemos grandes zonas despobladas, así como alta concentración de personas en grandes urbes.
Como consecuencia, ahora podemos observar menos estrellas y objetos del espacio profundo que antes, excepto en lugares protegidos o despoblados, a las afueras de las mayores ciudades.

Según indica el sitio Fundación Cielo Sustentable (de Ricardo Tohmé): "El efecto denominado “skyglow”, o resplandor del cielo, es el resultado del reflejo y dispersión de esa luz artificial por las nubes, los aerosoles y las partículas en suspensión en la atmósfera. La dispersión propaga los efectos de la contaminación lumínica a distancias más allá de la posición de la fuente original de la luz, iluminando el cielo nocturno en su totalidad y formando una especie de cúpula luminosa o “domo de luz” cuando se lo observa desde cierta distancia."

¿Se puede corregir este problema?
Evidentemente no es una tarea sencilla. Por un lado, la iluminación artificial después de la puesta de Sol resulta indispensable para el desarrollo de actividades varias, así como el alumbrado público es necesario en materia de seguridad y circulación de personas y autos por las ciudades.
Volver a la Edad Media no es una solución. El desafío, entonces, es combinar la creatividad humana en materia de administración pública e innovación tecnológica.
Entre las ideas que han surgido en las últimas décadas se pueden señalar al menos dos:
1-Cambiar el alumbrado público antiguo, que generalmente ilumina hacia "arriba", por luminarias focales hacia "abajo", ya que la idea es iluminar las calles, no el cielo.
2-Proteger legalmente -y en forma efectiva- parques y zonas específicas, que también impulsa el turismo astronómico.

Así como resulta necesario que en la "jungla de cemento" haya espacios verdes, es vital que en los países se protejan espacios de la contaminación lumínica y se fomente la eficiencia en el alumbrado público.

Por otro lado, hay dos cosas más que se pueden hacer y se están haciendo a través de diferentes iniciativas:
-Elaborar un mejor diagnóstico del problema, a través de mediciones sistemáticas, como las que se realizan en el proyecto Globe at Night (Globo de Noche).
-Difundir el problema entre la población general, para aumentar la conciencia pública de abajo hacia arriba, desde la población general hacia el sistema político que administra las ciudades.

La Naturaleza nos enseña a través de su propio pizarrón natural: el cielo nocturno. La contaminación lumínica es como un borrador de estrellas. A medida que avanza, el pizarrón cósmico está cada vez más vacío.


EL LLAMADO DE IAU: EMBAJADORES DEL CIELO OSCURO
La IAU (Unión Astronómica Internacional) creó el programa Embajadores de Cielo Oscuro (Dark Skies Ambassador) en el que invita a personas entusiastas y organizaciones a postularse como embajadores y difundir el problema de la contaminación lumínica.
La idea es que organicen eventos de divulgación, por ejemplo sobre el Día Internacional de la Luz de Unesco, el 16 de mayo de 2019.

El sitio para anotarse es https://darkskies4all.org/home/

Allí figura además un listado con los actuales 24 embajadores, en el que están incluidas las siguientes personas de Argentina:
Diego Galperin (Bariloche), Ricardo J. Tohmé (Bahía Blanca), Carlos Alberto Acebal (San Luis), Denis C Martínez (Cipolletti), Beatriz García (Mendoza).

El formulario para inscribirse contiene los datos de la persona, un campo para enumerar las últimas actividades realizadas, una cita pública relevante (sobre el tema) en menos de 140 caracteres, una foto. Respecto de la cita, creo que es una buena oportunidad para pensar alguna. Las mismas podrían ser usadas en el sitio web antes indicado, como ocurre con la siguiente:

"Un mundo sin estrellas sería como un mundo sin flores"
Silvia Torres-Peimbert, expresidenta IAU

Fuentes y enlaces relacionados
Fundación Cielo Sustentable
https://cielosustentable.org/

IAU: Become an IAU Dark Skies Ambassador to promote the importance of dark skies
https://www.iau-100.org/darkskies-ambassadors-call

Sobre las imágenes
Imagen combinada usando un Openclipart (https://openclipart.org/detail/281559/blank-chalk-board) y una fotografía del cúmulo Palomar 2, crédito: ESA/Hubble & NASA (https://www.spacetelescope.org/images/potw1315a/)

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