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16/1/21 - DJ:

Desafíos de la astronomía urbana

T.E.L: 6 min.

Limitaciones de la observación del cielo nocturno en las grandes urbes.


Se estima que unas 4 mil millones de personas en el mundo viven en áreas urbanas. Pero en gran parte de América y Europa, la población urbana trepa al 80-90%. Hay además, grandes áreas urbanas, por densidad poblacional, y otras medianas o chicas. Es posible pensar que cuanto mayor sea la densidad poblacional, mayor será el desarrollo inmobiliario y la construcción en altura. Al mismo tiempo, al existir mayor actividad económica comercial, habrá mayor iluminación. Como consecuencia, habrá menos cielo visible y será más brillante, dos problemas para hacer astronomía urbana.

Cabe entonces analizar cuáles son los desafíos de la astronomía observacional de aficionados en las ciudades.

1-La contaminación Lumínica
Una de las restricciones de hacer astronomía observacional de aficionados en los grandes centros urbanos es la contaminación lumínica. Dado el brillo del cielo, producto de la iluminación artificial de las ciudades, se diluye gran parte de los objetos del espacio profundo. La observación a ojo desnudo se limita a la Luna, los planetas visibles y las estrellas más brillantes. Con un telescopio mediano se pueden ver algunas joyas, pero mucho menos que en las zonas rurales.

Una posibilidad -doble- de expandir los límites de la astronomía urbana son los filtros. Existen unos filtros de contaminación lumínica que son medianamente accesibles, aunque como casi todo, son de importación. Estos filtros bloquean ciertas longitudes específicas de radiación. Pero se pueden usar otros filtros, más caros, que filtran casi toda la luz, excepto una banda conocida como "espectro químico", como los filtros H Alfa.

Al margen de la contaminación lumínica general, también existe la intrusión local de luces, por ejemplo de un vecino o un comercio. Una posibilidad es montar una "falsa pared" o mamparo, que puede ser una estructura metálica, plástica o de madera cubierta de una tela oscura. Otra opción más simple, es como diría Ford Prefect, el personaje de la Guía del viajero de la galaxia: una toalla. Usarla para taparse la cabeza al momento de observar por el ocular sirve para tapar luces circundantes. Hay quienes usan buzos con capucha con el mismo fin. 

2-La falta de cielo y horizonte
Por la frondosa disposición de edificios, en las grandes ciudades, la porción de cielo disponible es pequeña. Pero la situación cambia según el sitio de observación elegido. Una terraza puede ser un buen lugar si en los alrededores no hay muchos edificios más altos. Es por esta razón que los fenómenos astronómicos que se produzcan hasta los 20º de altura sobre el horizonte son difíciles de observar en las urbes. En algunos casos, el límite se eleva a los 30º, pero eso varía según el nivel de edificación de cada ciudad. En una misma ciudad habrá mejores sitios que otros, pero como no es tan fácil elegir la zona donde vivir y las circunstancias pueden cambiar, conviene buscar alternativas entre amigos y clubes de astronomía.

3-La ansiedad urbana o falta de paciencia "de pescador"
Existen algunas corrientes sociológicas-psicológicas que asocian la vida citadina con la ansiedad y la vida apurada. Sin embargo, la astronomía requiere de paciencia. La observación del cielo depende, entre otros factores, de las condiciones climáticas que pueden ser muy cambiantes. Una noche nublada, pero ventosa, se puede despejar dos horas después y tener un cielo limpio.

Es por esta razón -sumada a las anteriores- que la observación de lluvias de meteoros puede ser decepcionante en las grandes ciudades: es que se mezclan el brillo del cielo nocturno, la visualización de solo una pequeña porción de cielo, las condiciones climáticas cambiantes y la ansiedad. Es un cóctel explosivo para las expectativas. Como si fuera poco, hay lluvias "copiosas" y otras no tanto, sumado a que algunas ocurren simultáneamente con la luna llena, que también reduce la posibilidad de observar. 

4-La seguridad
Aunque se puede hacer astronomía solar, de día, gran parte de la astronomía de aficionados es nocturna. Y si nos alejamos de las luces locales, la mayor oscuridad, ideal para esta afición, es mala consejera por varias razones de seguridad.
Existen los "amigos de lo ajeno". Sería fantástico poder hacer astronomía en un parque público en forma segura, pero a menos que se haga junto a otras varias personas, puede no ser aconsejable.

Más allá de la posibilidad de robos, puede ser fácil lastimarse si el terreno es irregular o puede ser riesgoso si hay animales sueltos. Todas estas cuestiones se pueden superar inspeccionado el lugar antes de la observación.


La animación muestra la diferencia que puede producir una luz de calle en la visibilidad del cielo nocturno.

5-El telescopio "ideal"
Hay una frase ya famosa que dice que el telescopio ideal es el que más se usa. Conviene empezar con binoculares: son económicamente más accesibles y fáciles de transportar y usar, aunque existen algunos modelos pesados y grandes que requieren de trípode. 

En general, cuanto más grande, mejor. La "potencia" de los telescopios está dada por el diámetro de su objetivo primario. Pero si el telescopio es muy grande, será también muy pesado, difícil de mover. Por otro lado, son instrumentos algo frágiles.
Tener un telescopio muy grande sin motorización en un centro urbano, puede ser un desperdicio si no se posee un lugar con la posibilidad de ver una gran porción de cielo. Por eso, además de pensar con la billetera, conviene pensar en el uso práctico concreto.

En la actualidad son mucho más accesibles que en el pasado los telescopios "híbridos", que poseen mecanismos que mezclan lentes y espejos, no muy largos, pero con mayor distancia focal que un telescopio Newton. Me refiero a los Schmidt-Cassegrain o Maksutov. Algunos ya vienen motorizados y computarizados, son fáciles de usar y muy transportables. Con la motorización se puede también acceder a informatización del equipo, mediante un ordenador portátil o notebook y el software apropiado que permita manejar el telescopio conectado a la computadora.

Las monturas ecuatoriales son las ideales para astrofotografía, mientras que las altazimutales son más fáciles de manipular. Frente a varios modelos de telescopios, siempre es mejor decidirse por los que tengan mejor calidad óptica. Y, algo fundamental, adquirir oculares Plöss de diferentes medidas para sustituir de inmediato aquellos que vienen "de regalo" con el telescopio que son de mala calidad casi siempre. La diferencia entre oculares malos y buenos es notable. Otros accesorios, como Barlow, reticulados, filtros, se pueden adquirir con el tiempo.

Por lo dicho, antes de gastar dinero conviene pensar en la situación de cada uno, el acceso al cielo desde el domicilio, la posibilidad de transportar con movilidad propia y el presupuesto disponible. 

6-El aburrimiento y la presión social
Con un mismo telescopio, sobre todo si es pequeño-mediano, la cantidad de objetos observables serán limitados, en parte por las limitaciones del instrumento, en parte por las restricciones antes mencionadas. Luego de varias noches de observación de tales objetos, es posible que nos empecemos a aburrir de ver siempre lo mismo. La nebulosa de Orión, las Pléyades, el Joyero, la Tarántula, Omega Centauri son algunos de los objetos preferidos, fáciles de ubicar, pero también repetidos en casi toda observación. Hasta que nos saturamos. ¡No tire su toalla paladín de los cielos! Hay que pararse sobre los hombres de gigantes, aquellos con más experiencia, que nos guían en la observación de objetos más difusos del espacio profundo o estrellas binarias. Hay libros y sitios web con buenas recomendaciones. Conviene hacerse una lista con objetos de diferente clase: un par de nebulosas planetarias, cúmulos abiertos, cúmulos globulares, galaxias, cometas, etc. Con nuestro equipo, sin embargo, quizás no podamos observar todo lo que queramos, pero seguro que más de lo que imaginamos.

Así como el acompañamiento y el consejo de otros puede ser beneficioso, a veces somos víctima de una "presión social" de querer lograr o hacer lo mismo que el resto, como si estuviéramos corriendo una carrera. No nos subamos a las expectativas ajenas: cada uno tiene su propio ritmo y estilo. No hace falta que le saquemos foto a todo y lo mostremos en las redes sociales y que salga bien y a todos les guste. Tampoco debemos caer en el furor de querer tener un telescopio más grande cada seis meses para ver más. 

Habrá fenómenos que se describirán como "irrepetibles", como un eclipse, una conjunción, un tránsito, pero que no podremos observar por distintas razones: a veces las conjunciones se dan muy cerca del horizonte y la totalidad de un eclipse solo se observa en determinados lugares a los que, quizás, no podamos ir. Lo importante: No es una tragedia. Incluso los fenómenos "irrepetibles" se vuelven a dar, aunque sea de manera aproximada.

CONCLUSIÓN
La observación astronómica en las grandes ciudades tiene varias limitaciones. Para superarlas, una buena opción es alejarse a zonas más rurales, con mayor oscuridad y porcentaje de cielo observable. Para eso, es ideal tener un telescopio fácil de transportar, no demasiado pesado.

Pero muchas veces no podemos viajar -mucho más en el contexto de pandemia actual- y tenemos que contentarnos con observar desde la zona local de nuestro domicilio en una urbe con cielos brillantes y rodeados de edificios. En ese contexto es vital conocer las restricciones propias de la circunstancia para tratar de adaptarnos al contexto y tener expectativas adecuadas a la realidad.

Los mapas, guías de observación (sean libros o sitios web) y amigos o clubes de astronomía, pueden ser de gran utilidad para dar los primeros pasos. En gran medida, como todo, es un poco ensayo y error. 

Lo que no hay que perder de vista es que la observación astronómica sea placentera, ocasión de disfrute y relajación.  Y, en cualquier caso, ¡no olvide llevar su toalla!☉




Fuentes y enlaces relacionados
5 Strategies For Urban Astronomers

Setup is key when urban stargazing

Urbanization


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