T.E.L: 4 min.
En base a declaraciones de un candidato presidencial.
Tras las recientes elecciones primarias en Argentina, un candidato ha expresado que, de acceder al Poder Ejecutivo Nacional. cerraría CONICET -órgano que nuclea a muchos institutos de investigación científica en el país- y que la actividad pasaría a manos privadas. Agregó, según indican fuentes periodísticas: "Que se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad y mejor precio, como hace la gente de bien", en relación a los científicos.
Resulta curioso que tanto desde una visión "capitalista", así como desde una visión "socialista" se puede llegar a una conclusión similar.
Desde el primer punto de vista, la productividad de una actividad debe medirse por su utilidad o demanda. Pero utilidad no necesariamente significa lo mismo que demanda. A Lionel Messi lo va a ver mucha gente a la cancha. Su presencia es demandada. Pero, ¿cuál es la "utilidad social" del fútbol? Como vemos, desde este punto de vista, la "utilidad" no importa o, en todo caso, es considerada sinónimo de "demanda".
Desde el segundo punto de vista, se puede considerar productivo aquello que mejora la calidad de vida de los individuos de una sociedad, en forma colectiva. Crear una ruta sería productivo en tanto es útil para que las personas se movilicen y se puedan transportar mercancías. Por supuesto, esto implica que la ruta se usa y por tanto que tiene demanda. Sin embargo, entre hacer una ruta y hacer un partido de fútbol, lo primero tiene mayor utilidad social, ya que sin mercancías, como la comida, no podemos vivir; en cambio sí podemos sobrevivir sin fútbol.
Desde ambos puntos de vista, la productividad de la ciencia debería ser evaluada por sus resultados concretos, en función de su utilidad social/demanda.
El primer enfoque diría que si una actividad tiene demanda, será rápidamente realizada por el mercado. Y si no tuviera suficiente rentabilidad, el inversor privado quebraría y perdería su propio dinero.
El segundo enfoque diría que si la ciencia tiene utilidad social, pero no suficiente demanda (una ruta que una dos pueblitos) lo debe hacer el Estado, porque el mercado no encontraría suficiente ganancia. Pero si no tiene utilidad social, no debe hacerse, ya que sería un desperdicio y primero habría que satisfacer las necesidades de la población.
Si esto fuera así y sólo así, entonces, ¿tiene sentido destinar dinero para tratar de resolver la Conjetura de Collatz?
Es posible que nunca se pueda resolver, lo que implicaría financiar ad infinitum una investigación, como el problema de Turing.
Pero incluso si se lograra demostrar que la conjetura es verdadera o falsa, su utilidad es desconocida.
Si aplicáramos cualesquiera de los dos puntos de vista anteriores, no deberíamos financiar tal investigación, y por transitividad, casi toda la teoría de números.
Desde ambos puntos de vista, se podría concluir que si y sólo si a un país le sobra dinero, entonces sí se podría financiar actividades que no son demandadas ni tienen utilidad social evidente: son las "ciencias de lujo" que sólo deberían realizarse cuando la sociedad tiene sus necesidades básicas satisfechas (es decir, ningún país del mundo).
Sin embargo, si aceptamos estos dos puntos de vista, entonces renunciamos a ser humanos. Nos convertimos en meros lobos-civilizados. Las orugas, babosas, tortugas, delfines, golondrinas, petunias, chimpancés, pulpos, no pueden resolver la Conjetura de Collatz ni se lo plantean. Se guían por su instinto de supervivencia sin hacerse preguntas como sí podemos hacer nosotros.
Los gladiolos, abejorros, ornitorrincos, elefantes, jirafas, rinocerontes y cienpiés no se preguntan a qué distancia están las estrellas o cuál fue el origen del universo. Nosotros, sí. Y podemos intentar responder a esos interrogantes.
No hacerlo sería un desperdicio de nuestras habilidades cognitivas únicas, aquellas que nos definen como seres humanos, junto a las emociones.
Si estas investigaciones fueran hechas solo por la iniciativa privada, entonces es posible que los resultados de tales estudios también queden en manos de unos pocos.
En Argentina, en estos tiempos, se financia a la ciencia con solo el 0,35% del PBI. En otros países, con mayor producción, se destina hasta el 5%.
¿Cuál era la utilidad social/demanda de la Tabla Periódica de los Elementos? Mendeléyev no tenía la menor idea. Hoy sabemos que es muy útil.
Hemos dicho en el post anterior que la ciencia tiene problemas: hay fraude, plagio, venta de artículos. Y errores, porque es una actividad humana. Pero también dijimos que es una actividad insustituible. Experimentos como los que se hacen en el LHC difícilmente podrían ser financiados solo por la iniciativa privada.
Tiene sentido que la ciencia la realice tanto el mercado como el Estado. Se puede discutir si el Estado usa correctamente los fondos, si existen amiguismos o conflictos de intereses en el otorgamiento de becas y subsidios, si hay suficiente rigor en las evaluaciones. Todo eso se puede hacer bien o mal. Tiene sentido corregir lo que esté mal. Dejar de hacerlo no es una corrección. Es como romper la tarea del colegio porque no sabemos sumar fracciones.
Los resultados de las investigaciones financiadas por los Estados luego suelen ser usadas por empresas privadas para ofrecer nuevos productos y servicios. Pero no siempre: no todas las ciencias tienen la misma utilidad social ni demanda. ¿Cuál es la utilidad, productividad y necesidad social de hallar dinosaurios? ¿De qué sirve saber que existe el bosón de Higgs? Quizás sea muy útil para cosas concretas. Quizás permita mejorar la calidad de vida de las personas ofreciendo mejores bienes a mejor precio. O quizás no. Pero nosotros sabemos que existe. Los leones, no. ¿Usted, de qué lado está?☉
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