Blog de noticias de astronomía - Desde Buenos Aires, Argentina
¡Que no cunda el pánico!
"¿No es suficiente ver que un jardín es hermoso sin tener que creer que también hay hadas en el fondo?" - Douglas Adams, La guía del autoestopista galáctico.

6/6/25 - DJ:

Medias verdades: vemos estrellas que ya no existen

T.E.L: 5 min.

Separemos la paja del trigo astronómico.



En contextos de divulgación se suelen hacer dos afirmaciones:
1-En astronomía, vemos el pasado.
2-Por lo anterior, es probable que observemos estrellas que ya no existen.

Vemos cuánta verdad poseen estas frases.

1-Ver el pasado: cuestión de escala
Es cierto que vemos el pasado. Pero no sólo en astronomía. También en la vida cotidiana, ya que la velocidad de la luz no es infinita. Sin embargo, en la vida diaria no se nota, que la distancia que recorre la luz desde su emisión/reflexión (instante de emisión, ide) hasta nuestros ojos (instante de observación, ido) es pequeña en relación a la velocidad de la luz. Por tanto, la diferencia de tiempo entre esos dos momentos, ide-ido, se mide en unidades inferiores al segundo.
En astronomía, en cambio, las distancias son mucho mayores, y por eso, la diferencia entre esos dos instantes es mayor y la cantidad de tiempo se mide en unidades de mayor valor numérico. La luz que observamos AHORA de nuestra Luna es luz del Sol que se reflejó en el satélite natural hace 1 segundo, ya que la distancia Tierra-Luna es casi 1 segundo-luz. Pero todo lo demás está más lejos.

Podemos concluir que la afirmación 1 es cierta, aunque también es cierto que siempre vemos el pasado, mientras que la frase parece indicar que eso sólo ocurre en astronomía. En todo caso, en astronomía, por tener escalas de distancia (y por eso también de tiempo) mayores, se hace más notable que observamos el pasado.

Empero, vale la siguiente aclaración: vemos el pasado en un sentido, pero no en otro. Observamos la luz que llega a nuestros ojos ahora. El instante de observación (ido) es siempre presente. Claro, hay una demora entre que la radiación llega a nuestros ojos hasta que ese estímulo es interpretado por nuestro cerebro. Pero hablamos de unidades muy inferiores al segundo, por lo que podemos considerarlas en tiempo presente.
El instante de emisión (ide) es siempre pasado, pero el instante de observación es siempre presente. En astronomía o cualquier otra cosa.

2-Ver estrellas que ya no existen
Lo dicho en el punto previo habilita a pensar que podemos estar observando ahora (ido) estrellas que ya no existen porque su ide ocurrió a una distancia tal que la luz todavía no haya terminado de recorrerla. Tenemos datos objetivos como ejemplo: Sanduleak 202, también conocida como Sanduleak -69° 202a, es la estrella progenitora de la supernova SN1987A, en la Gran Nube de Magallanes.



La luz de la explosión fue emitida (ide) 170 mil años antes de su instante de observación (ido) en febrero de 1987, ya que la distancia a esa galaxia es de 170 mil años luz.

Sin embargo, pensemos esto: a simple vista, todas las estrellas que vemos pertenecen a la Vía Láctea. Las Nubes de Magallanes las podemos ver a simple vista como las galaxias cercanas que son, pero no podemos distinguir estrellas individuales, repito, a simple vista. 

Pero si nos circunscribimos a la observación a simple vista de estrellas, todo lo que observamos es local, de nuestra galaxia. La Vía Láctea tiene 100 mil años luz de diámetro y el Sistema Solar se halla a unos 26 mil años luz del bulbo central. Es decir la mayor distancia posible desde el Sistema Solar son estrellas del borde más lejano, a unos 74 mil años luz de distancia.

Esta simplificación tiene este problema: las partes exteriores, el halo de la galaxia no termina a los 50 mil años luz desde el centro, sino que se extiende casi hasta mitad de camino a Andrómeda a más de 2.5 millones de años luz. En tal sentido, se pueden hallar estrellas que pertenecen a nuestra galaxia, más allá de los 75 mil años luz. Se han descubierto estrellas a 1 millón de años luz de distancia del centro galáctico, en los exteriores más alejados del halo de nuestra galaxia.

Las estrellas que pueden dejar de existir más rápido son las supergigantes que agotan su combustible nuclear en algunos millones de años. Pero componen menos de 1% de las estrellas de la galaxia, mientras que las enanas rojas (clase M) son el 70% de la población estelar. Estas últimas estrellas tienen períodos de equilibrio (secuencia principal) de varios miles de millones de años. Nuestro Sol, una estrella de clase espectral G2, blanco-amarilla, tiene un período de secuencia principal de unos 10 mil millones de años. Las estrellas de clase M son más pequeñas y tienen períodos de equilibrio más largos.

Como consecuencia de estos datos, es posible, pero muy poco probable, observar a simple vista, estrellas que ya hayan desaparecido, pero que todavía podamos observar la luz emitida antes de su colapso, por estar muy lejos. Incluso esas estrellas variables observadas a casi 1 millón de años desde el centro galáctico. En ese caso eran estrellas variable del tipo RR Lyrae. La estrella que da nombre a esa clase de variables, RR Lyrae, es una estrella un poco más luminosa que nuestro Sol, de clase F. Las variables de este tipo pueden ser de clase A hasta la F. Las estrellas más grandes, más brillantes, y de menor tiempo de equilibrio son las de clase O y clase B. Su período de secuencia principal ronda entre 1 a 3 millones de años.

Es por esto que, dado que ese tipo de estrellas son un componente muy menor de la totalidad de las estrellas de la galaxia, y que el resto tienen períodos de equilibrio mucho mayor, es poco probable que al observar el cielo a simple vista estemos viendo una estrella supergigante que ya colapsó como supernova. Pero no es imposible, solo que esto nos ocurrirá con poca frecuencia en relación a todas las estrellas que podemos ver.

Cuando finalmente nos enteremos de alguna explosión supernova que se pueda ver a simple vista, no solo será un espectáculo único, que se da muy cada tanto, sino que además podríamos decir que habíamos observado antes a la estrella progenitora. Y que la veíamos aunque ya había colapsado.

Si tuviéramos que buscar una estrella candidata, una buena elección -sobre todo para observadores del hemisferio sur, sería Eta Carinae: es un sistema binario con una estrella O + una LBV (Variable Azul Luminosa). Se piensa que lleva casi 3 millones de años de equilibro, por lo que en los siguientes cien mil años podría colapsar gravitacionalmente.

Si apuntamos con el dedo al cielo, que justo demos con una estrella con características similares es más difícil que ganar la lotería. 
Acertar es poco probable, pero si lo logra, el premio -en el futuro- es una cantidad incontable de fotones y un espectáculo...¡astronómico!☉

Fuentes y enlaces relacionados
The star that exploded on February 23 in the Large Magellanic Cloud

Sanduleak -69° 202a

Death of Stars

Astronomers find the most distant stars in our galaxy halfway to Andromeda


Sobre las imágenes
Créditos: ESO
X-ray: NASA/CXC/GSFC/M.Corcoran et al.; Optical: NASA/STScI.


Suscríbase
Acceda, gratis, a nuestro boletín de noticias, en
https://follow.it/kosmoslogos?pub


No hay comentarios.:

Publicar un comentario