T.E.L: 7 min. 9 seg.
Un grupo de físicos estudia el comportamiento moral de las personas por su interacción con los demás, usando la teoría de juego. Mientras, los neurocientíficos tratan de entender cómo surge el pensamiento creativo.
La ciencia trata de responder preguntas acerca del universo y todo lo que vemos en él. Aunque parezca increíble, los científicos han logrado avanzar en el entendimiento de fenómenos que nos generan curiosidad, como el origen del universo y la evolución de las estrellas. También los investigadores han logrado avances en otras muchas áreas, aunque otras parecen quedar aisladas del avance científico mayor. Por ejemplo, parece que sabemos más de la Vía Láctea que de la vida en nuestros océanos o que es más fácil explicar las órbitas planetarias que la migración de los pájaros.
Aunque me interesa más el conocimiento relacionado con la física y la astrofísica, no puedo dejar de tener curiosidad sobre otras cosas, diferentes a protones y neutrones.
Ocurre que parece ser más "sencillo" estudiar el comportamiento de las partículas elementales que de los organismos vivos, que también están formados por esas partículas.
Así como los ladrillos son todos iguales entre sí, pero las casas que se construyen con ellos pueden ser muy diferentes, las partículas elementales son iguales entre sí, pero lo que se genera de ellas, no.
Y quizás aquí, las ciencias más "blandas" tengan que aportar mucho. Al fin y al cabo, los electrones y fotones no son sociales. Digo, su comportamiento puede entenderse exclusivamente a la luz de nuestro entendimiento de las leyes de la naturaleza que los físicos van descubriendo.
Pero los seres vivos, y dentro de ese conjunto los seres humanos, parecemos estar influídos por otras variables.
Ciertamente que los seres vivos debemos obedecer también las leyes naturales, pero no podemos entender el comportamiento de dos personas exclusivamente con esa mirada.
Es decir: es posible saber de antemano qué se producirá del choque de dos protones, en determinadas circunstancias, porque todas esas colisiones deberían producir lo mismo en el mismo contexto.
Con los seres humanos, en parte, podemos decir algo parecido. Si imaginamos dos autos con tal velocidad inicial, y determinada dirección y sentido (digamos opuesto), podremos calcular lo que ocurrirá.
Pero qué pasa si pongo a dos personas frente a una situación "no física":
A y B tienen hambre y están frente a un carrito de comidas que el dueño descuida. ¿Es posible que A "tome prestado" un poco de comida y B no lo haga?
Sí, es posible. ¿De qué depende esto? ¿Por qué no se puede estudiar esto de la misma forma que se estudia a las partículas elementales?
Más, ¿por qué una persona es extrovertida y otra no o alguien parece ser más creativo y otro no tanto?
En estos campos, las ciencias sociales pisan un poco más fuerte que las ciencias "duras" porque, aparentemente, las variables de nuestro comportamiento están atadas a nuestro entorno social. La educación, el proceso de socialización, parece influir en nuestro comportamiento moral, de forma que existan personas A o personas B.
¿No pueden las ciencias duras decir algo al respecto? O, haciendo la pregunta más picante ¿Puede la física decir algo sobre la moral o sobre la creatividad?
Leo en Physicsworld del trabajo de Dirk Helbing, que según Wikipedia estudió física y matemática en Göttingen. Su tesis doctoral fue sobre el modelado de procesos sociales basados en el enfoque de la teoría de juegos y la teoría de sistemas.
La idea básica es que los intereses individuales se empobrecen frente al comportamiento cooperativo. Pero en esta interacción se producen "castigos" frente a una acción, lo que además requiere tiempo y esfuerzo (y genera antipatía). Imagino un salón de clase en el que el profesor deja un problema a resolver y se va. Los alumnos pueden intentar resolver el dilema entre todos. Pero algunos se ponen a charlar sobre otras cosas, hacer chistes o dibujar en el pizarrón. Otros cuestionan ese accionar (los "castigadores"), que terminan "perdiendo" frente a los que no dicen nada (los "no-castigadores"), que a su vez "pierden" frente a los "solitarios", aquellos que no cooperan con los demás y tratan de resolver el problema por su cuenta y punto.
Ese escenario es más pobre que una situación en la que todos colaboren. Es "la tragedia de los comunes".
¿Cómo nace, entonces, la cooperación? Algunos investigadores proponen que los co-operadores que castigan podrán sobrevivir a través de la reciprocidad indirecta: la idea que trabajar por el bien común reforzará la reputación de una persona. Pero el grupo de Helbing no cree que la cooperación florezca de esa manera.
Piensan así luego de enfocarse en cómo los individuos se comportan con sus vecinos más cercanos, en vez de en un grupo más amplio.
Su modelo basado en la teoría de juegos comprende una red de muchísimos puntos, cada uno representando a un individuo que tiene cuatro opciones de estrategia: cooperar sin castigar a los solitarios, cooperar y castigar ("moralista"), ser solitario, o ser solitario y también castigar a otros solitarios ("inmoral"). Inicialmente las cuatro estrategias se distribuyen aleatoriamente entre los individuos y el sistema evoluciona para encontrar qué comportamiento gana a la larga.
Esta evolución está influída por tres variables: los fines que penalizan a los solitarios, el costo de administrar los castigos y el "factor sinergia", que estipula cómo la suma de las contribuciones individuales se refuerza por las acciones colectivas.
Con esto realizan simulaciones computacionales. El programa elige un individuo al azar y calcula cuánto va a ganar en relación a sus cuatro vecinos más cercanos, dadas las estrategias empleadas por cada vecino. El ejercicio se repite a los propios vecinos. La estrategia empleada por cada individuo es luego modificada a la luz del éxito de sus vecinos y así los individuos imitan a los que se desempeñaron mejor.
Simulación que muestra cómo los moralistas e inmoralistas pueden coexistir. (a) rojo, moralistas (verde) e inmoralistas (amarillo). Los paneles (b) a (f) muestran la evolución temporal de 250 iteraciones (b) a 12.000 iteraciones (f), cuando sólo los moralistas e inmoralisas permanecen. Cortesía: PLoS Computational Biology
Al correr la simulación hasta 10 millones de iteraciones ocurrieron algunos resultados interesantes: si las tres variables eran bajas, todos serán solitarios, así como prevalecerán los moralistas si los fines son muy altos. Y también creen que los moralistas podrán ganar incluso si el costo de castigar era alto porque la imitación de las mejores performances de los vecinos lleva a pequeños grupos de cooperadores y moralistas en un mar de solitarios. En ese escenario, los moralistas lidian mejor con los solitarios y dominan.
Pero también se produce la colaboración de los morales e inmorales si el costo de castigar es bajo y la sinergia no particularmente alta y los fines altos.
Attila Szolnoki del Instituto Ciencia de los materiales de Budapest, colega de Helbing, dice: "la contribución de las física estadística a este campo de investigación podría significar que un grupo grande de jugadores puede resultar en un nuevo tipo de comportamiento que no se puede derivar del análisis de dos jugadores. Los modelos computacionales pueden ser considerados como pre-experimentos y ayudar al diseño de experimentos de laboratorio más sofisticados".
El debate entre los investigadores sobre si la ciencia puede responder preguntas morales no deja de ser interesante en varios aspectos. ¿Qué es el bien común, después de todo?
En el blog NPR 13.7 se dio una jugosa discusión al respecto, en inglés: Can Science Answer Moral Questions?.
En el blog NPR 13.7 se dio una jugosa discusión al respecto, en inglés: Can Science Answer Moral Questions?.
La ciencia y la creatividad
No me parece muy alejada de esto, la investigación sobre la creatividad. Algo hablé aquí al respecto sobre cómo ocurren los descubrimientos científicos.
Los neurocientíficos tienen algo que decir al respecto al usar la tecnología de Imagen por resonancia magnética (IRM) tratan de monitorear lo que nos pasa a los humanos dentro del cerebro mientras realizamos una tarea creativa.
The New York Times publica un artículo de Patricia Cohen sobre el trabajo de Rex Jung, investigador de la Red de Investigación de la Mente e integrante de la Universidad de México.
Pero, al igual que en el tema anterior, todo comienza por las definiciones. ¿Qué es la creatividad? Según John Kounios, psicólogo de la la Universidad Drexel es la habilidad de reestructurar nuestro entendimiento de una situación de una forma no-obvia. Pero no hay una sola forma de medir la creatividad, no hay un test como el IQ, que supuestamente mide la inteligencia.
Sin embargo hay algunas maneras de tratar de identificar la creatividad a través de cuestionarios de pensamiento lateral e incluso índices más complejos.
Aparentemente, mientras la inteligencia y las habilidades son asociadas con la rapidez y eficiencia de los procesos neuronales, los sujetos que parecen ser más creativos tienen conexiones de axones que enlentecen el tráfico del cerebro, en la corteza frontal, una región donde las emociones y las habilidades cognitivas están integradas.
Según Kounios, el trabajo del Dr. Jung se mantiene en buscar la correlación entre la creatividad con una sola región del cerebro, en un enfoque anticuado.
"La creatividad es una colección de diferentes procesos que trabajan en distintas áreas del cerebro", señaló.
Mark Beeman, psicólogo de Northwestern, publicó un paper sobre el "Momento Ajá!" en el que indica que ante un determinado problema algunos sujetos respondieron inmediatamente, mientras otros tuvieron que pensar las posibilidades.
En esos momentos Ajá! hay una mayor intensidad de la actividad cerebral en el lóbulo temporal, según Kounios. Incluso ambos investigadores creen que pueden predecir qué proceso usará una persona con las imágenes IRM.
A la izquierda, antes de un insight, la actividad cae en la corteza visual. A la derecha, en el "momento ajá!", la actividad en el lóbulo temporal derecho, sube.
Crédito: John Kounios, Drexel University
Al margen de estos "avances" no dejo de entrever que, como en muchos otros casos, las diferentes disciplinas parecen tratar todavía de entender el cómo, más que el por qué.
No digo que eso esté mal. Saber cómo se produce la lluvia es muy útil. Podemos saberlo si salimos al exterior cada vez que llueve y tomamos notas de las variables posibles (pajaritos, viento, humedad, temperatura, presencia de nubes). Con muchas observaciones nos toparemos que siempre que llovió había nubes (aunque no siempre que hay nubes, llueve). Y también que cada vez que llovió, paró!. Pero eso no explica por qué llueve.
¿Por qué alguien es creativo y otro no? ¿Es así, o más bien todos somos creativos, pero en distintas circunstancias y contextos?
En definitiva los seres humanos, formados también por quarks->núcleos->átomos->moléculas pero no somos sólo la suma de las partes. No por estudiar los protones y su comportamiento podremos saber cómo decidimos y pensamos.
Pero no dejamos de ser, los seres humanos, un sistema físico. Supongo que ambas ramas, de las ciencias "duras y blandas" tendrán que aportar lo suyo, sin dejar de lado, por supuesto, las teorías evolutivas.
Aunque, cuando me pongo a pensar en estas lides, en las que mi conocimiento apenas alcanza a entrever algo, veo a mi gata, despatarrada en la cama, quizás sólo intentando "ser solamente feliz". Y me río. Porque eso es sabio también. Pero, por alguna razón, a mí, no me sale...
Fuentes y links relacionados
Dirk Helbing y Wenjian Yu
Mehdi Moussaïd, Niriaska Perozo, Simon Garnier, Dirk Helbing, Guy Theraulaz
PLoS One. 2010; 5(4): e10047.
DOI:10.1371/journal.pone.0010047
John Kounios y Mark Beeman
Current Directions in Psychological Science
Volume 18 Issue 4, Pages 210 - 216
DOI: 10.1111/j.1467-8721.2009.01638.x
Sobre las imágenes
Etiquetas:
Ciencia en Blogalaxia-Ciencia en Bitácoras.com
<span>Me parece muy interesante</span>
ResponderBorrar<span></span>
<span>un saludo</span>
<span></span>
http://israonthemoon.blogspot.com/